El reencuentro

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1931r

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Bibliografía

IGRH: 0000

Otras versiones de "El reencuentro"

Alcalá Ortiz (2006: pp. 35-37); Alguacil González (2012: p. 62); Alonso Fernández et alii (2017: n.º 60); Atero Burgos (2003: n.º 271); Benítez Sánchez (2000: p. 284); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1995: n.º 4); Hernández Fernández (2010: n.º 72); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: pp. 155-156); Manzano Alonso (2003: 514-515); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 209); Pimentel García (2020: n.º 613).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

En la provincia de Murcia,     en el pueblo Cartagena,

habitaba un matrimonio     de una familia muy buena.

Esto era un matrimonio     que vivía muy feliz,

ella era costurera,     su marido era albañil.

Una vecina de enfrente     (y) a su mujer murmuraba,

envidiándole la suerte     de lo bien que se llevaban.

(Y) un domingo por la tarde     con su hija paseaba,

y aquella mala vecina     al albañil lo llamaba:

—Si tú supieras, Antonio,     de lo que yo me he enterao,

que tu mujer no es muy buena     y a ti te está traicionando—.

En este mismo momento,     sin tomar explicación,

se fue derecho a su casa     y a Segovia se marchó.

Y cuando llegó a Segovia     (y) él se puso a trabajar,

(y) ganó tanto dinero,     que fue su felicidad.

Él hizo muchas contratas     y también muchos edificios,

y ganó tanto dinero,     que llegó a ponerse rico.

Y aunque estaba muy bien     y no le faltaba na,

pero a su hija Isabel     nunca la podía olvidar.

Esa niña tan bonita,     que su madre la crio,

de edad de catorce años     sola en el mundo quedó,

ella quería ser artista     y el teatro le gustaba,

y al verse sola en el mundo,     su intención era lograrla.

Y de en pueblo en pueblo iba     con una compaña grande,

hasta que llegó a aquel sitio     que se encontró con su padre.

Cuando ella estaba bailando,     se aproxima un caballero.

—¡Qué bonita eres, muchacha!,     te llamo para decirte

cuando despache de bailar,     queda invitada a café.

¡Qué bonita eres, muchacha!,     te llamo para decirte

que si te casas conmigo,     seremos los dos felices.

—En este mismo momento     no le puedo contestar,

porque el asunto es mu serio     y lo tengo que pensar.

—Pos si te casas conmigo,     tú te tienes que alegrar,

que estoy solito en el mundo:     para ti es mi capital—.

Pues en este mismo momento,     la joven le contestó:

—Yo tampoco tengo a nadie—.     Y le aceptó la petición.

—Pues dime cómo te llamas     y del pueblo dónde eres,

para mandar enseguida     que nos manden los papeles.

—Me llamo Isabel Fernández     y mi madre Encarnación,

soy del pueblo Cartagena,     mi padre me abandonó—.

Y al oír estas palabras,     rodando al suelo cayó.

—¡Cómo has venido a mis brazos,     hija de mi corazón!

¡Hija de mi corazón,     qué alegría era encontrarte!

Pa ti se acabó el teatro,     ya tienes aquí a tu padre.

El público que me escuche     que quede bien enterado,

que por una mala lengua     cuántas cosas han pasado.

Resumen de "El reencuentro"

Un matrimonio vive feliz con su hija. Las vecinas, que envidian su dicha, le cuentan al marido que su mujer no le es fiel. Este sospecha de su esposa y decide marcharse a otra ciudad para evitar las murmuraciones. Allí conoce a una señora que lo emplea como constructor. Prospera en el negocio y se hace rico. Mientras tanto, su esposa cría a su hija sola. Cuando la hija alcanza la pubertad, la madre muere. Al verse sola, la joven decide cumplir su sueño de convertirse en artista, y se marcha de gira con una compañía de teatro. Una noche, al terminar la función, la joven acude a un baile. Un señor acaudalado le tira el sombrero y le propone matrimonio. Ella acepta. Cuando él le pide las señas, descubre que es su hija.