Los tres reyes de Oriente

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Notas

Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00022 04).

Bibliografía

Otras versiones de "Los tres reyes de Oriente"

Díaz (2007: A. 14); Marazuela Albornos (1981: n.º 163); Pimentel García (2020: n.º 244); Pérez Rivera (2015: n.º 591-594); Schubarth y Santamarina (1986: n.º 49a2, 49a3, 51).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

DÍAZ GONZÁLEZ, J. (1981). El Oriente. Revista de Folklore, 1 (4). Recuperado de http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcsr0q7

Transcripción

Buenas noches a las ocho,     buenas noches a las dos,

buenas noches tengan todos,     buenas noches nos de Dios.

Esta noche son los Reyes,     segunda fiesta del año,

cuando damas y galanes     al rey piden aguinaldo.

Nosotros se lo pedimos     Dios te salve, hombre honrado

y no nos lo negarás     si a los Reyes le cantamos.

 

Del Oriente Persia salen     tres reyes con alegría,

van guiados de una estrella     que luce de noche y día.

Esta estrella no es errante     ni tampoco dividida,

que es el ángel que anunció     a los pastores la dicha

del nacimiento dichoso     de aquel divino mesías.

Caminan los tres gustosos     y en llegando a Palestina,

la estrella se retiró     que Dios así lo quería.

No preguntan por posada,     ni tampoco por comida;

preguntan por aquel rey     que es el autor de la vida.

Ya llegaron al portal     donde la estrella le guía;

vieron al recién nacido     en los brazos de María.

Y con grandes reverencias     se postraron de rodillas;

al niño de Dios adoran     y a su madre esclarecida.

El uno le ofrece oro,     el otro le ofrece mirra,

el otro le ofrece incienso,     que para el cielo caminan.

Oro ofrece como rey     de todas las jerarquías;

el incienso como Dios,     potencia grande infinita;

la mirra como inmortal,     misterios que ellos creían.

Estos son y eran los dones     que ofrecen con alegría

este regalo de Adán     [¿desde su seno cogía?].

Este día de los reyes     celebra la iglesia misma

su sagrado bautizo     en enero a los seis días.

Este día se pusieron     los tres reyes en la pila,

los tres fueron bautizados     por la Iglesia tan divina.

Tomás les echaba el agua     y su nombre les ponía;

al uno puso Melchor     a otro Gaspar le ponía.

A otro puso Baltasar,     ¡oh, qué feliz compañía

los años que estos vivieron     en aquella inmortal vida!

Melchor vivió ciento veinte,     ¡oh, qué edad tan peregrina!; 

Gaspar vivió ciento diez,     ¡oh, qué edad tan florecida!,

Baltasar ochenta y tres,     también de edad muy cumplida.

Y en el año del setenta     según la Iglesia lo indica,

recibieron el martirio     por su ley santa divina.

 

Ahora, ilustres señores,     los que en esta casa habitan,

mándenos el aguinaldo     para que nos den la dicha,

vengan [¿?] los Reyes     de aquel divino Mesías.

Ya nos dan la limosna     en esta sagrada casa,

para alumbrar al Señor    toda la Semana Santa.

Aquí te hemos cantado     y ahora vamos a decir

cuatro palabras chocantes     al estilo del país.

A este mismo sacerdote     al que le pide los Reyes

le dio cántara de vino     donde terminé tres veces.

Este mismo sacerdote,     si nos diera alguna perra,

para ir a divertirnos     al paseo Villanueva.

Que le ha dicho la María,     que le ha dicho la tía guarra,

que le ha dicho la María     que los Reyes son mañana.

La oración ya se acabó,     adelante, vayan bien,

bendito y glorificado,     por siempre jamás, amén.

Resumen de "Los tres reyes de Oriente"

El romance suele iniciarse con un exordio en el que el narrador le pide el aguinaldo al oyente (cura, labrador, etc.). Los Reyes Magos se encaminan de Oriente hacia Belén guiados por una fulgente estrella. Cuando llegan al portal, adoran al niño, al que ofrecen oro, incienso y mirra. A continuación, el Espíritu Santo baja en forma de paloma para anunciarle a san José el nacimiento del niño. Los pastores acuden también a adorarlo y le regalan a la Virgen un cordero, presente que ella agradece mucho. En algunas versiones, la Virgen convida a los Reyes a comer.