Audio
Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
Se repite el último verso.
Bibliografía
IGRH: 0204
Otras versiones de "La pedigüeña"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Un francés vino de Francia en busca de una mujer,
se encontró con una niña que le supo responder.
—Si quieres venir conmigo, por el espacio de un año,
te vistiera y te calzara, y te regalara un sayo.
—Si quiere usted, caballero, de mi hermosura gozar,
todo lo que yo le pida, me lo tiene usted que dar.
Lo primero es una casa con doscientos mil doblones,
a las orillas del mar, con ventanas y balcones.
Desde mi casa a la iglesia, han de poner en tablado,
para cuando vaya a misa, no se me manche el calzado.
Desde mi casa a la iglesia, han de poner una parra,
para cuando vaya a misa, no me dé el sol en la cara.
Desde mi casa a la iglesia, han de poner un almendro,
para cuando vaya a misa, comer almendro si quiero.
Desde mi casa a la iglesia, han de poner dos leones,
para cuando vaya a misa, que me respeten los hombres.
En la casa donde viva, el techo ha de ser de oro,
y las paredes de plata, para darme gusto en todo.
En la cama donde duerma, ha de tener diez colchones,
y las sábanas de Holanda, si queréis tener amores.
—Quédate con Dios, morena, que mañana volveré,
que es mucho lo que me pides, y busca quién te lo dé.
¶
[Com.: Estas las cantábamos, estas canciones. Había varias y, cuando era la Semana Santa | En el pueblo, nosotros teníamos un salón que íbamos al baile, pero allí, cuando empezaba la Cuaresma, no ya solo la Semana Santa, toda la Cuaresma, el salón se cerraba. Ya no había bailes. Ya teníamos que nosotras irnos de paseo, si hacía buena tarde. Y cuando había buena tarde, de higo a brevas, íbamos cantando. Y cantábamos así de estas canciones.]