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Notas
En esta versión, se repite el segundo hemistiquio de cada verso, precedido por la expresión “Maramamiau, miau, miau”.
Solían cantarla en la Cuaresma, época en la que se juntaban en las casas a jugar a las cartas y otros juegos, porque hacía frío. La informante indica que, como no tenían combas, se las hacían ellas con juncos.
Bibliografía
IGRH: 0144
Otras versiones de "Don gato"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
DÍAZ ROIG, M. (1986). Estudios y notas sobre el Romancero. México D.F.: El Colegio de México.
DÍAZ-MAS, P. (1977). Poesía luctuosa judeo-española [Tesis doctoral]. Universidad Complutense de Madrid.
DÖLZ, H. y BLACKBURN, I. (1977). Temática y técnicas romancescas en la poesía infantil chilena. Folklore Americano, 23, 69-87.
GARCÍA DE DIEGO, P. (1948). El testamento del gato. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 4, 306-307.
LÓPEZ GARCÍA, N. J. y MOYA MARTÍNEZ, M.ª V. (2018). El romance de «El señor don gato»: versiones y variantes en los cancioneros de Castilla-La Mancha. Revista de Estudios del Campo de Montiel, 2, 325-344.
PÉREZ DE CASTRO, J. L. (1953). El testamento del gato y una canción de corro en Figueras (Asturias). Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 9, 350-357.
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Transcripción
Estaba el señor don Gato [Com. 1] sentadito en su tejado.
Ha recibido una carta, que si quiere ser casado
con una gatita blanca, sobrina de un gato pardo.
Un día por ir a verla, se ha caído del tejado;
se ha roto siete costillas, el espinazo y el rabo. [Com. 2]
Al olor de la sardina, el gato ha resucitado,
por eso dice la gente “siete vidas tiene un gato”.
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[Com. 1: Es que esa la bailábamos.]
[Com. 2: Y no me sé más, no sé si termina así. Pues eso, que hasta ahí me sé. Si ya he cantao eso, ¿no?]