Audio
Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
1999c
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante asegura que aprendió esta composición en los años cincuenta y que se la enseñó un maestro al que llamaban Chiquilín.
Aclaraciones léxicas:
otalanza: por lontananza.
Transcripción
Otra vez a tus altares,
mi manojito de flores;
otra vez arrodillada
suplico de ti estos dones.
Dime, Virgen María,
¿por qué se matan los hombres?
¡Cómo corren desbocados
en huracán de pasiones!
¿No oyes allá en otalanza*
el tronar de los cañones?
Sangre que pide sangre,
odio en los corazones.
¿No ves cómo la envidia
y siembra ya sus frutos recoge?
Frutos de hogares vacíos,
frutos de rabia que roe
el corazón y la entraña
de los brutos y los hombres.
¿No ves cómo la injusticia,
haciendo gala a su nombre,
por los caminos del mundo
lleva la semilla innoble?
Déjales, madre querida,
déjales y no llores,
ya te amaremos las niñas
si es que no te aman los hombres.