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Otras versiones de "Carmelilla y el torero"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Carmelilla, una joven trianera, era guapa y más bella que el sol,
el chavea que la anda queriendo, se muere por ella y le entrega su amor,
él le dice: —Carmelilla, por tu amor torero quiero ser,
para tenerte igual que una rosa—. Y ella, cariñosa, le responde a él:
—Yo no te quiero torero, te quiero tal como eres,
que a mí no me aciega el oro, ni el brillo de los caireles,
que yo te quiero a ti solo (………………………………)—.
Llegó el día de ser él torero, afamado y con mucho parné,
envidiado de otras mujeres a su Carmelilla le olvidó el querer.
A Carmela le nacen los celos y las penas en el corazón;
Carmelilla, como es tan devota, le reza a la Virgen con mucha devoción.
—Que no lo quiero torero, lo quiero tal como es,
que a mí no me ciega el oro ni el brillo de los caireles,
que yo lo quiero a él solo (………………………………………)—.
Llegó el día de torear en Sevilla, el mal toro le dio una corná,
desde entonces (y) el pobre chavea (y) ha queado inútil pa no torear.
Despreciado de toas las mujeres, de su Carmen se vino a acordar;
despreciado de toas las mujeres, de su Carmelilla se vino a acordar.
—Carmelita, Carmelita, perdóname si me quieres,
que a ti no te ciega el oro, ni el brillo de los caireles,
tú me querías a mí solo (……………………………………….).
—Es verdad que te ha querido aunque de mí hable la gente,
y aunque no eres de mi rango, eres buen mozo y valiente
¡Cuánto quiero a mi torero (………………………………..)!