Congoja de la Virgen en Belén

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 2019r

Informantes

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Notas

Se repiten los primeros hemistiquios de los versos impares y los segundos hemistiquios de los versos pares, salvo el verso 7, que no presenta repetición, y el 8, en el que se repiten ambos hemistiquios.

El informante comenta tras la grabación: “Las alforjas de los pastores estaban vacías y cuando nació el niño Dios se llenaron de pan. En eso consiste el milagro. Por eso dice: Las sagrenas están llenas de vuestra gracia y de pan”.

Bibliografía

Otras versiones de "Congoja de la Virgen en Belén"

Pimentel (2020: n.º 206); Salazar (1999: n.º 131); Trapero (1985: n.º 117); Trapero (2000a: n.º 72); Trapero (2000b: n.º 77); Trapero (2003: n.º 52); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 88).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Cuando san José y María     iban pa su romería

la Virgen iba preñada,     ir a su paso no podía;

y le dice san José:     —Alarga el paso, María,

que a Belén vamos a entrar     entre la noche y el día—.

Anochecido llegaron     los amantes a Belén,

entre primos y parientes     no lo quision recoger.

Caminemos más alante,     (……………………..)

se arriman a unos pastores     que habitan en una cueva.

En el rincón de la cueva     arrimada a una muralla

parió la Virgen María     al relente de las aguas.

Cuando el niño abrió los ojos     y vio allí a tanto zagal

lo primero que pregunta     si en las sagrenas hay pan.

Respondió el más rudo de ellos     más pronto y más liberal:

—Las sagrenas están llenas     de vuestra gracia y de pan.

Resumen de "Congoja de la Virgen en Belén"

La Virgen y san José caminan hacia Belén. Les anochece en el camino y deciden pedir posada. Los posaderos se la niegan porque temen que puedan ser ladrones. La Virgen llora desesperada y san José intenta consolarla explicándole que pasarán la noche en un portal que hay en Belén, donde él se resguardaba cuando era pastor. José avía de cenar pan y queso; le ofrece a la Virgen, pero esta lo rechaza porque está tremendamente triste. El esposo le prepara la cama, pero María tampoco desea dormir. San José se despierta al amanecer con el canto del gallo y descubre que su esposa ya ha dado a luz. En algunas versiones, san José le pregunta a la Virgen por qué no le ha avisado, y ella le asegura que ha parido sin dolor. Los pastores acuden con regalos para el niño. En ocasiones, los pastores son informados de la buena nueva por el apóstol Santiago, san Miguel, san Diego o el ángel Gabriel.