El crimen de Porcuna

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 2023r

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Notas

Se repiten los primeros hemistiquios de los versos impares. Este orden aparece alterado en los dos primeros versos: en el primero no aparece repetición y en el segundo verso se repite el primer hemistiquio con cambio en el mismo: “No murió de calentura, no ha muerto de calentura”.

Bibliografía

Otras versiones de "El crimen de Porcuna"

Alonso Fernández et alii (2017: n.º 31); Atero Burgos (2003: n.º 194); Benítez Sánchez (1999: p. 305); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: pp. 149-150); Moreno Moreno (2016: n.º 163); Pimentel García (2020: n.º 773).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

En el pueblo de Porcuna     una muchacha murió;

no ha muerto de calentura     ni tampoco de dolor,

que fue de una puñalada     que el mulero le pegó.

Emilio llegó mojado,     ella ropa le sacó,

ropa de la de su padre,     Emilio se desnudó.

Estando sentao en la lumbre,     Emilio se puso a hablar:  

—Dolores, me tienes loco,     y te tengo que gozar.

—Emilio, no digas eso,     por Dios, no seas así,

mi padre me dejó sola     porque confiaba en ti—.

A los gritos que ella daba,     un hermanito acudió.

—Virgen Sagrada María,     ampáranos a los dos.

Resumen de "El crimen de Porcuna"

Un hombre se ausenta de su casa, dejando sola a su hija. Un individuo, que en unas versiones es su novio y en otras un mulero, aprovecha la ocasión y entra en casa de la joven. Como está empapado, la chica le ofrece ropa de su padre, y él le expresa sus deseos de gozar de ella. A pesar de las negativas de la muchacha, el criminal logra su intención. Al oír los gritos, acude uno de los hermanos de la joven, y el criminal también lo mata.