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Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante indica que la aprendió de su madre, que cantaba a menudo.
Agradecemos la valiosa colaboración de José Luis Quero Juárez, cronista y antiguo maestro de Mancha Real, que nos facilitó el acceso a la informante.
Bibliografía
Otras versiones de "Los baturros"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Un mañico en Zaragoza de una dama se prendó;
desde aquel mismito día la quería con compasión,
y el mañico le decía, lleno de felicidad:
—Purita, como a la Virgen, al altar te voy a llevar—.
Con mucho dinero se acerca un señor,
y a ella la pretende, y le dice —No.
—De ti tengo que vengarme delante de ese pobrete,
tú has de venir a buscarme, el dinero es el que vence—.
Enseguida a sus padres se lo contó.
[Com. 1: Los padres le decían: —Hija mía, ¿no ves que ese hombre es pobre? No tiene… —Yo quiero ser pobre, pero rica no—. Enseguida a sus padres se lo contó y los padres le dijeron: —Ese hombre es pobre y no tiene capital—. Entonces, les decía eso:]
—Yo quiero ser pobre, pero rica no;
madrecita de mi alma, no me des esos consejos,
que en todo mi querer llevo todo el querer de mi maño.
[Com. 2: A su madre preguntó... A su madre preguntó... Que si había sido buena y había querido esperar… Porque, porque el maño se fue, se fue a la mili. Y cuando volvió le pregunta a la madre.]
Le pregunta que si había sido buena y había querido esperar,
y la madre le contesta: —Ha sio una mujer honrá.
Y en ese momento a la casa marchó
en busca de su novia, que allí la encontró.
[Com. 3: Adiós, mañico del alma. No. Es que lo mató. Lo mató el maño al rico.]
—Adiós mañica del alma, a la cárcel voy por ti,
........................... y si alguna vez saldré,
y si no te has casao con otro, contigo me casaré—.
Y al poco tiempo, el mañito cuando volvió,
a la madre le pregunta que si se había portao bien,
y la madre le contesta: —Ha sío una mujer honrá.
........................... y él, de seguida, a calle salió,
y al ver a su novia, a ella se abrazó.
Todo el mundo les acompaña el día que se casaron,
y a la misma vez decían: —Vivan los hombres honrados.