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Informantes
Recopiladores
Notas
La informante asegura que solían venir “romanceros” y cantaban en la plaza del pueblo.
Agradecemos la valiosa colaboración de Loli, presidenta de la Asociación La Flor del Bolillo, que nos facilitó el acceso a las informantes, así como la cesión del local por parte del Ayuntamiento de Torres.
Bibliografía
Otras versiones de "El criado y la señorita"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Doña Teresa le llaman a su esposo don Fidel:
—Me parece que el gañán mira mucho a la Isabel.
—Eso me se antoja a mí, se me antoja una comedia,
si el gañán mira a Isabel, mucho más lo mira ella.
—Es verdad que nuestro mozo es un chico muy formal,
pero ¿qué tiene con eso, si no tiene capital?;
el dinero es un adorno que ilumina la ilusión,
pero en cambio está el querer que palpita el corazón.
Para evitar estos líos (y) hay que cortar por lo sano,
es mandarlo a trasladar y este cuento se ha acabado—.
A las doce de la noche, Isabel en la ventana
practicando con su Pedro, que amargamente lloraba.
Que amargamente lloraba, que amargamente decía: [Com. 1]
—Toma el retrato, Pedro, que ayer me retraté,
aunque no me dejan verme, quiero que me puedas ver.
—Isabel, toma el retrato, porque ayer me retraté,
aunque me alejas de ti, quiero que me puedas ver.
—Toma el pañuelo, que lo he bordado para ti,
para ti prenda dorado, que no te olvides de mí—.
El gañán en la ventana siempre le lleva pensando, [Com. 2]
cuatro semanas sin verla, sus ojos también con llanto.
Al oír la voz del mando, que era la del mayoral,
cuando Pedro lee la carta, como un niño echa a llorar.
Como un niño echa a llorar, como un loco echa a correr,
cuando el mayoral le dice: —Toma dinero pa el tren—.
Al entrar en la ciudad, se encuentra el sepulturero
con el pico y la pala, camino del cementerio. [Com. 3]
—¿Cómo tuviste valor de coger el pico y la pala
sabiendo que la Isabel era tu primita hermana?
Un favor te voy a pedir, tú me lo has de conceder,
dime dónde está la tumba de mi adorada Isabel. [Com. 4]
—¿Por qué no la desentierras, que aquí nadie la va a ver,
pa besarle yo su boquita y morirme yo después?
—Desenterrarla no puedo, (y) eso sí que será una locura,
a presillo me llevaran si abriera la sepultura.
—Un favor te voy a pedir, tú me lo has de conceder,
dime dónde está la tumba de mi adorada Isabel—.
Al entrar al cementerio, Pedro se quedó mudo sin habla,
cuando ve la sepultura, sale una paloma blanca:
—No te asustes, mi adorado, no te asustes tú de mí,
que mañana a estas horas, juntos estaremos aquí—.
Le pusieron inyecciones por las manos del doctor,
le dieron resurrecciones y a las tres horas expiró.
A las tres horas expiró y a las cuatro la enterraron,
a las cinco está Isabel [¿junto?] a su enamorado. [Com. 5]
¶
[Com. 1: Ya me s-, ya me s- | Ya me he ido. No. Estaba que le | Dice: "Isabel".]
[Com. 2: Ya estaba trasladao.]
[Com. 3: No, no… Sale | Dice.]
[Com. 4: Dice… No, no, pero luego… No, sigue | Dice.]
[Com. 5: Que se enamoraron de am- | que murieron de amor, pero me he saltao algo.]