Hermanos separados

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 2065r

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Notas

Se repiten los primeros hemistiquios de los versos pares, salvo el verso 10 y 30. A partir de este último, las repeticiones pasan a ser en los versos impares.

Bibliografía

Otras versiones de "Hermanos separados"

Alonso Fernández et alii (2017: n.º 59); Atero Burgos (2003: n.º 276); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1995: n.º 1); Moreno Moreno (2016: n.º 197); Pimentel García (2020: n.º 622).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Señores, os voy a contar     un chasco muy interesante

que hace poco que ha ocurrío     (y) en la estación de Alicante.

Se trata de un matrimonio     que dos hijos ellos tenían

con el sudor de su frente     su padre los mantenía.

Un día este matrimonio,     que los dos se separaron,

con razones o con ellas,     quedaron de separados.

El más mayor de los dos     se ha marchado con su padre,

quedando el más pequeñito     a la calor de su madre.

De tanto pensar en ellos     su pobre madre murió,

de tanto pensar en ellos,     solo pensando en los dos.

El niño al verse solo,     un día al muelle se fue

y montándose en un barco     el mundo lo echó a correr.

Ha llegado a la Argentina;     paseando por allí,

lee un letrero que dice:     “Hace falta un aprendiz”.

Sin reparación ninguna,     el niño allí se entró

preguntando por el dueño     que al punto se presentó:

—No tengo padre ni madre     —el niño dicía así—,

aquí me encuentro solito,     ¿me queréis para aprendiz?

Mientras que aprenda el oficio     y yo nada ganaré,

solo por sus atenciones     las gracias yo les daré—.

Todos los días hablaba     con su padre y con su hermano,

pero no se conocían     nada más que por paisanos.

Un domingo por la tarde,     lo convidan a café,

y como era paisano,     el niño con ellos fue.

Al recordar sus tierras,     el niño a escribir se echó

carta para un amiguito     que en Alicante dejó.

Estando poniendo las señas,     su padre se fijó bien

que ponía su apellido,     también el de su mujer.

Le dijo si tenía madre:     —No, señor, me se murió,

y le enseñaré una foto     que conservo todavía

y usted siendo de aquel barrio     tal vez la conocería.

Lleno de pena y dolor,     el padre le contempló

que era la misma mujer     que en Alicante dejó:

—Hijo mío, yo soy tu padre,     sin que lo puedas dudar

y este joven tu hermanito,     el que por ti ha de mirar.

Antonces se conocieron,     abrazándose los tres,

y quedaron admirados     todo el mundo en el café.

Resumen de "Hermanos separados"

Un matrimonio con dos hijos se separa, quedándose cada uno con un vástago. Al cabo del tiempo, la madre, que no puede resistir el dolor de estar lejos de uno de sus hijos, muere de pena. El hijo que permanecía con ella queda solo y decide embarcarse hacia Argentina. Allí se emplea como aprendiz en un taller o un comercio. Hace amistad con el dueño y su hijo, que también son españoles. Cierto día, acuden juntos a tomar café. En la cafetería, el muchacho escribe una carta a un amigo suyo y, al firmar la carta, el padre se percata de que su nombre coincide con el de su hijo. Le pregunta por las señas de sus padres. Se reconocen y se abrazan.