Audio
Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante indica que lo cantaba la madre de Juana La Pegalajeña.
Agradecemos la valiosa colaboración de Loli, presidenta de la Asociación La Flor del Bolillo, que nos facilitó el acceso a las informantes, así como la cesión del local por parte del Ayuntamiento de Torres.
Bibliografía
IGRH: 0113
Otras versiones de "Las señas del esposo"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
ARMISTEAD, S. G. (1976). The Portuguese Romanceiro in its European Context. En J. B. Purcell, S. G. Armistead, E. Mayone Dias y J. E. March, Portuguese and Brazilian Oral Tradition in Verse Form / As Tradições Orais Portuguesas e Brasileiras em Verso (pp. 178-200). Los Ángeles: University of Southern California.
AROVICH DE BOGADO, V. H. (1987). Romance de la vuelta del marido: dos versiones recogidas en Resistencia (Prov. De Chaco – Argentina). Incipit, 7, 161-164.
BRONZINI, G. B. (1958). Las señas del marido e La prova (con versioni inedite dell’Italia centro-meridionale). Cultura Neolatina, 17(2-3), 217-247.
DÍAZ ROIG, M. (1977). Palabra y contexto en la recreación del romancero tradicional. Nueva Revista de Filología Hispánica, 26, 460-467.
DÍAZ ROIG, M. (1979). Sobre una estructura narrativa minoritaria y sus consecuencias diacrónicas: el caso del romance de las señas del esposo. En D. Catalán, S. G. Armistead y A. Sánchez Romeralo (Eds.), El romancero hoy: Poética. 2o Coloquio Internacional sobre Romancero (pp. 121-131). University of California.
DÍAZ ROIG, M. (1986). Notas sobre otros romances. En Estudios y notas sobre el Romancero (pp. 209-223). México D.F.: El Colegio de México.
FALCÃO, J. A. (1980). Fragmento Transtagano do Romance da Linda Infanta. Diário do Minho Fragmento Transtagano do Romance da Linda Infanta, 61, 5-6.
JACKSON, K. D. (1979). Ballad Fragments in the Portuguese Folklore of Sri Lanka. En A. Sánchez Romeraldo, D. Catalán y S. G. Armistead (Eds.), El Romancero hoy: Nuevas fronteras. 2º Coloquio internacional, Universidad de California, Davis (pp. 135-143). Madrid: Cátedra-Seminario Menéndez Pidal-University of California.
KIORIDIS, I. (2012). El retorno del marido en el romancero y en las tragoúdia tradicionales griegas. Boletín de Literatura Oral, 2, 55-70.
MACCURDY, R. R. (1947). Un romance tradicional recogido en Luisiana: Las señas del marido. Revista Hispánica Moderna, 13, 164-166.
MARTÍN DURÁN, A. M. (2018). El romance odiseico de Las señas del esposo: el viaje plurisecular de una balada medieval por la geografía panhispánica. En P. Bellomi, C. Castro Filho y E. Sartor (Eds.), Desplazamientos de la tradición clásica en las culturas hispánicas. Universidade de Coimbra.
ORDUNA, G. (1983). Una versión del romance de Las señas del esposo en Buenos Aires. Incipit, 3, 197-200.
REBÉS MOLINA, S. (2007). "Gira els ulls envers la mar": El mar a les balades. Caramella. Revista de Música i Cultura Popular, 17, 52-56.
ROMERO, S. (1977). Estudos sobre a Poesia Popular do Brasil. Petrópolis: Vozes-Governho do Estado de Sergipe-Campanha de Defesa do Folclore Brasileiro.
SLEEMAN, M. G. (1981). Medieval Hair Tokens. Forum for Modern Language Studies, 17(4), 322-336. https://doi.org/10.1093/fmls/XVII.4.322
SORIANO LÁZARO, E. (1982). Romance de Tradición oral recogido en Mezquita de Loscos (Teruel): Las señas del marido. Kalathos: Revista del Seminario de Arqueología y Etnología Turolense, 2, 151-156.
¶
Transcripción
[Com. 1: Era un soldado que se le da-, se le habían dao desaparecío. Entonces, vino un | el marío, que estaba ella viuda. Y la quiso probar a ver lo que hacía. Y dice:]
Por el alto de la montaña baja un hidalgo caballero.
[Com. 2: Y dice “voy a probar”. Que fue a probar a su mujer. Dice:]
—¿De dónde vienes? —De la guerra de Melilla.
—¿Ha visto usted a mi marido que en la guerra ha estao también?
—A su marido yo lo he visto ...........................
y en este testamento traigo de casarme con usted.
—¡Eso sí que no lo haría, eso sí que no lo haré!
Cuatro años esperando, otros cuatro esperaré,
y si a los cinco no viene, a monjita me meteré.
—Y con los dos hijos que tienes, Rosita, ¿qué vas a hacer?
—Uno meterlo en estudios para que aprenda a leer,
otro dárselo a mi padre pa que se sirva de él.
—Y la hija que tienes, ¿con ella qué vas a hacer?
—Meterla a monja para que rece por él.
—Rosina, ¿no quiere usted darme un vasillo de agua?
—Yo no tengo ni vaso ni jarro de agua que darle a usted.
—Rosina, abre tus ojos si me quieres conocer,
que yo soy tu lindo marido y tú, mi linda mujer—.
Calabazas coloradas se crían las hombrías
y las mujeres decentes, en sus casas recogías.
¶
[Com. 3: Eso, que vino de la guerra y la probó. Porque él la daba por desaparecía. Y entonces, dijo ella que qué iba a hacer con los hijos, estaba ahí, entonces ya dice, entonces dice que abriera los ojos, que era su marío.]