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Otras versiones de "En una casa de campo"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Dame tu luz, san Antonio, dame tu gracia también,
para poder explicar las crudezas que se ven.
Las crudezas que se ven, el más horroroso caso,
adonde ha venido a pasar, en una casa de campo.
En una casa de campo un matrimonio vivía
tan grande era su probreza que nada de comer tenían.
Tenía aquel matrimonio cinco hijos por su suerte,
fue el capital que le dio nuestro Dios omnipotente.
Se fue el caballero al pueblo en busca del señorito.
—Si usted no me da dinero su hacienda se la entrego.
—Yo le puedo dar dinero, caballero, si usted quiere
pero me tiene que dar un hijo de los que tiene.
Se quedó el padre conforme (…………………………)
y se fue el caballero al campo y se lo da a la mujer.
—¿De quién es este dinero? —Tú gástalo y cállate—.
Tres cantidades de dinero el caballero le dio
y le dice el caballero: —El plazo ya se cumplió,
ya me tiene usted que dar mi medicina importante
que quiero recuperar mi salud en adelante—.
Se fue el caballero al campo y se lo da a la mujer.
—¿De quién es este dinero? Ya me tienes que enterar,
de quién es este dinero, y dime quién te lo da.
—Sabrás que nuestro amo es el que me lo da,
con el trato y condición que le diera el más pequeño de edad.
—Si sabes que está enfermo de una tisis aprehendida,
¿para eso das a tu hijo, para su salud y su vida?
Has hecho bien de enterarme, conforme soy yo también,
con el trato y condición que yo lo quiera disponer.
También te hago saber que de día no será
que pasan los leñadores y se pueden enterar—.
Se fue la mujer al pueblo a dar conocencia de él,
a poner aquellos asuntos en el conocimiento del juez.
A las once de la noche estaba todo prevenido
cogiendo al niño en los brazos dice la madre: —¡Ay, Dios mío!—.
La guardia civil al tiempo, como ya estaban alerta,
dieron un porrazo muy fuerte, tuvieron que abrir la puerta.
(……………………………..) El caso ha quedado en tal estado,
el niño ha quedado vivo y el padre maniatado.
Le dice el señor juez: —Sentencie usted a su marido.
que es usted el único juez—. La mujer le ha contestado:
—Que lo echen a una vera y que muera achicharrao.