Adúltera con un «gato»

Audio

Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 2154r

Notas

Tras cada verso se añade “tralala, la, lala, lala, lalala”.

El informante lo considera una muñeira.

Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00025B 61).

No sabemos con seguridad la fecha de la grabación.

Agradecemos la ayuda de José Luis Garrosa Gude en la transcripción de este registro.

Bibliografía

Otras versiones de "Adúltera con un «gato»"

Álvarez Cárcamo (2019: 21.1); Fraile Gil (2016: n.º 51); Marazuela Albornos (1981: p. 400); Pimentel García (2020: n.º 167); Schubarth y Santamarina (1984: n.º 238); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 94).

Contaminaciones y engarces

Adúltera con un «gato» + Adúltera con un fraile, sorprendida por su esposo (Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 67).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

(I) o lunes pola mañá     xuncín os bois e fun arar,

e nunha volta da leira     esqueacéusema a aguillada. 

Dinlle volta ó boi roxo     e tamén á vaca raxada.

Resumen de "Adúltera con un «gato»"

Un individuo se acerca a casa de su amante y alaba su habilidad para librarse de sus hijos y marido cada vez que están juntos. El marido le pregunta a su mujer con quién habla. Esta le responde que es el gato de la vecina. El esposo maldice al animal, pero la mujer le pide que no lo haga, pues el gato viste y calza a sus hijas, además de haberle regalado el capote que lleva puesto. La mujer le desea a su marido que lo quemen en la plaza y el marido le asegura que sueña con el día de su entierro. En otras versiones, un labrador sale a arar con sus bueyes cuando repara en que ha olvidado su aguijada. Regresa a casa, pero se encuentra las puertas cerradas. Llama a su esposa, que le abre con el rostro sonrojado. El marido le pregunta por qué está tan colorada y ella le asegura que ha estado haciendo la colada. En otras muestras, el esposo la encuentra atándose la saya. Entonces, le pregunta a su mujer qué es aquello que se mueve dentro o debajo de la cama y ella le asegura que es el gato de la vecina que viene en busca de su gata. El marido replica que los gatos no tienen la coronilla rapada o le ordena a su mujer que traiga la escopeta cargada. Esta le confiesa que se trata del cura, que les deja un buen dinero con el que se visten y calzan. Los esposos se maldicen mutuamente.