Labrador caritativo

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 2182r

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Notas

Lo considera una oración.

Bibliografía

IGRH: 0185

Otras versiones de "Labrador caritativo"

Álvarez Cárcamo (2019: 19.1); Díaz (1980: n.º 16); Díaz (2007: A.4); Fraile Gil (2010: n.º 111-112); Fraile Gil (2016: n.º 305); Manzano Alonso (2003: pp. 383-384); Marazuela Albornos (1981: pp. 376-377); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 143); Pimentel García (2020: n.º 296); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 75); Romero López (1995: n.º 2); Salazar (1999: n.º 158); Sánchez Miguel (1984: n.º 4); Schubarth y Santamarina (1984: n.º 57); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 163).

Contaminaciones y engarces

Labrador caritativo + El ateo (Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 63).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

El labrador se levanta     antes de tres horas al día,

caminaba san Isidro     porque de su apero le pedía.

Se ha encontrado con un pobre     que por Dios le pedía

que le subiera un ratito,     que Dios se lo pagaría.

El labrador se bajó,     en su burra lo subió,

a su casa se lo llevó     y de cenar le ponía.

Le puso pan de revuelto,     porque de otro no tenía;

cada bocadito que daba     de trigo se le volvía.

De tres mantas que tenía,     la mejor la escogió

para que el pobre durmiera,     al pajar se lo llevó.

Esto de la medianoche     el labrador se levanta

con el candil en la mano     a ver si el pobre dormía.

Se ha encontrao con Jesucristo,    la cruz por cama tenía.

Si yo hubiera sabido     lo que en mi casa tenía,

te hubiera dado mi corazón,     mi alma y mi vida.

Le agradezco, labrador,     salud para mientras viva,

trigo para todo el año     y la gloria alternativa.

 

Amén.

Resumen de "Labrador caritativo"

Un labrador que vuelve de arar o un caballero que viene de visitar sus tierras se encuentra con un pobre tullido o herido. Lo sube a su caballo o mula y lo lleva hasta su casa, donde le da de cenar y le ofrece su cama, aunque el pobre se acuesta en el suelo. En otras versiones, el huésped rehúsa quedarse en la alcoba y pide al labrador que le prepare un lecho en el pajar o la cuadra. En mitad de la noche, el labrador se levanta y se acerca hasta donde duerme su invitado para ver si se encuentra bien. En otras versiones, el labrador se desvela porque su casa resplandece y decide investigar de dónde procede la luz. En la alcoba donde duerme el huésped, halla a Cristo crucificado. El labrador asegura que de haber sabido que su huésped era Jesús, le habría ofrecido su cuerpo, alma y sangre. Sin embargo, Jesús lo tranquiliza y le asegura que tiene un lugar reservado en el cielo. En ocasiones, también le augura buenas cosechas de trigo.