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Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
2209c
Informantes
Recopiladores
Notas
Este tipo de composiciones son recitadas por los quintos durante las fiestas de san Antón Abad celebradas en San Cebrián de Campos (Palencia). Los recitadores, ataviados con un traje tradicional, declaman montados en una mula.
Bibliografía
Algunas de estas recitaciones de quintos de San Cebrián de Campos aparecen recogidas en: Weber-Antón, María Victoria (2017). Un siglo de poesía pinchorrera. Cuartetas de quintos (1912-2012). Palencia: Institución Tello Téllez de Meneses.
Transcripción
En esta tarde de invierno,
tarde de tradición,
quiero quitarme el sombrero
y saludar al patrón.
Hoy, diecisiete de enero,
fiesta de san Antón,
ante el pueblo pinchorrero
voy a cantar mi lección.
Y digo cantar mi lección
ante tanta gente reunida,
pues esta es una buena ocasión
para brindar con un viva.
De una larga familia,
el octavo puesto ocupo yo,
Francisco quedó tranquilo
y la Ina descansó.
Aquí, como pueden ver,
la mayoría somos los pequeños
de familias numerosas
que ha habido en este pueblo.
Desde el lugar donde estoy,
las gracias yo quiero dar
a Marciano el peluquero,
que su casa nos quiso dejar.
Pero una persona del público
que nada tiene que ver
a los quintos de este año
bien nos quiso joder.
Cotillas y cotillones,
cuadrilla de San Cebrián
la envidia os hace decir
cosas que no son verdad.
Y nos tendremos que reír
en un pueblo muy guasón,
a la menor cosa que haces,
ya te sacan colación.
Y hablando de colaciones,
pongo aquí en conocimiento
que las últimas elecciones
dieron nuevo ayuntamiento.
Y del nuevo ayuntamiento,
¡qué les puedo yo decir!
Yo soy parte interesada
de to lo que se guisa allí.
Este año la noticia
estuvo en lo parroquial,
tras cinco años de movida,
pasamos a descansar.
Una tarde en la bodega,
salió la conversación
que Benito nos dejaba
para darle a la profundización.
Y hablo de profundización,
ante gente muy ilustrada;
un mes y medio más tarde,
don Francisco nos llegaba.
Y quiero decir don Francisco,
por ser de buena educación,
pues cinco meses más tarde ,
desconocemos su programación.
Señor cura de este pueblo,
esto no es Villasarracino,
aquí será usted respetado,
pero sepa bien dónde ha venido.
Enseñados al pluralismo,
admitimos las diferencias
y le vamos a respetar,
a pesar de las divergencias.
Y de divergencias yo hablo
ante el pueblo aquí reunido,
Biblia, sinodal y reuniones
todo ha desaparecido.
Y uno con fe se pregunta
qué es lo que por aquí pasa.
Señor cura, señor cura,
¿ya está tranquilo en su casa?
Será que es cuestión de opiniones,
con tanta y tanta diferencia,
Benito zurraba las reuniones
y usted a su complaciencia.
Al señor cura le pedimos
los jóvenes de San Cebrián
que acompañe nuestro camino,
como un amigo de verdad.
Y hablando de la verdad,
aquí tenemos que hacer mención
recordando con caridad
a tanto y tanto solterón.
¡Qué problema, señores,
en este mundo rural!,
todo un montón de ilusiones
que siempre terminan mal.
Algunos lo ven como lógico,
otros lo llevan muy mal,
si es problema biológico,
en Monzón se puede arreglar.
A veces es impotencia
y otras es dejadez
y, cuando te quieres dar cuenta,
ya ha llegado la vejez.
Marcelo por un picón,
por otro lado, Tomás,
despiden con Gauden las glorias
de tanta virginidad.
Y, aunque se haya marchado
Benito a la capital,
el grupo de las mujeres
sigue siendo un potencial.
Ni la gimnasia, ni el ritmo,
ni el agua de la Fuente el Val
hacen mejorar su tipo
como un buen festival.
Un hurra para las mujeres,
para Geli, Ana, Paulino, Julia y Consuelo,
pues la velada de Reyes
fue velada de alto vuelo.
Otro hurra para los jóvenes,
los del Pueblo pinchorrero,
con acciones como estas
nace siempre un nuevo pueblo.
Y ya que estoy de enhorabuena
también se la quiero dar
a todos los jóvenes
del pueblo de San Cebrián.
Por la Nochevieja pasada
a la hora de brindar,
todos nosotros estábamos
en esta localidad.
Cosa poco corriente
en una noche tan nombrada,
ya que en ningún pueblo vecino
se quedan en él hasta la madrugada.
Y termino de hablar yo
ante la gente aquí reunida,
pues ya ha llegado el momento
de cantar la despedida.
En este localidad
hay fiestas por toneladas,
de la panza sale la danza
y las riñas olvidadas.
Y hablando de fiestas, los quintos
os queremos invitar,
no quiero acabar sin deciros:
¡Viva san Antón Abad!