¡Oh, glorioso san Antón!

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 2216c

Notas

Debido a problemas técnicos, el texto encerrado entre corchetes no ha quedado registrado en el archivo sonoro.

Notas de María Victoria Weber-Antón:

Cuarteta de quintos de 1912 recitada en su día por José Castrillo Martínez (fallecido en 1965).

Es posible que las cuartetas separadas, donde se cambia de temática, pertenezcan a otro año diferente, ya que según testimonio de las informantes, su padre recitó cuartetas varios años consecutivos, antes y después de ser quinto; en todo caso, se sitúan alrededor de 1912 y pertenecen al mismo recitador.

Según se desprende del propio poema y de los datos de las informantes, el quinto estuvo haciendo el servicio militar en África en condiciones extremadamente duras. Pasó allí tres años, tiempo que duraba en la época el servicio activo.

Bibliografía

Versión publicada en Weber-Antón (2017: 135-136)

Transcripción

[¡Oh, glorioso san Antón!,
hoy, diecisiete de] enero,
las gracias te vengo a dar
en unión con todo el pueblo.
 
Buenas tardes, san Antón,
buenas tardes a to’l pueblo,
buenas tardes a las mozas,
mocitas y mozuelos.
 
Hoy es día, san Antón,
de venirte a saludar,
en unión contigo
al pueblo de San Cebrián.
 
[A la Virgen del Prado]
la pones en nota alta.
Ella es nuestra protectora,
ella es hoy nuestra esperanza.
 
Ella es también madre nuestra,
señora que todo lo alcanza,
y a ella me encomendé
cuando salí para África.
 
Cuánto trabajo me costó
apartar la vista de vuestro santuario,
pensando que nunca jamás
iba a volver a encontraros.
 
Pero hoy me encuentro cumplido,
y me hallo muy gustoso,
que es ley que manda la patria,
y yo, como buen soldado,    
a san Antón le doy las gracias.
 
Te las tienes merecidas
por lo bien que te has portado,
después de tres años justos
que en el África he pasado.
 
Sin más techado que el cielo,
sin más luz que la de un paco
y sin más cama que el suelo.
 
De noche en la centinela
entre millones de ratas
que son nuestras compañeras.
         
[¿Qué fue de aquellas bodegas]
que tanto vino tenían,
donde iban a merendar
casi todas las cuadrillas?
 
Hoy están medio arruinadas,
todas llenas de agujeros,
donde no sirven nada más
que para cuevas de conejos.
 
Las mocitas
lo primero que hacen
es salir a limpiar los quiciales.
 
Pero tienen unos portales,
vergüenza me da decirlo,
patatas pueden sembrarse. [Com. 1]
                        
¡Qué más leones queremos
a la puerta del Congreso
si para robar a España
basta con los que hay dentro! [Com. 2]
 
[Com. 1: Porque era que decían así esas cosas.]
[Com. 2: Y muchas cosas que bueno, se comprometían, no sé…]