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Notas
Lo considera una oración.
Transcripción
En el jardín de las flores se pasean todos los días
san José y su amada esposa, y el niño en su compañía.
El niño coge una rosa con muchísima alegría,
se la ha entregado a su madre y le ha dicho: —Madre mía,
yo te vengo a comparar con la flor que yo te he dado
por ser tan pura y tan bella, que en el jardín se ha criado.
Tú eres una rosa blanca, madre de mi corazón,
por ser tan pura y tan bella, por eso te obsequio yo—.
Y la Virgen le contesta: —Yo no te puedo obsequiar,
porque para ti no hay cosa que a ti te pueda igualar.
Con el sol es muy poquillo y con los luceros, menos,
si tú resplandeces tanto que iluminas tierra y cielo.
Tú eres el sol bendito, bendito rey de Israel,
bendita sea la hora que naciste en Belén.
Los reyes a ti te adoraron, los pastores y las pastoras,
tú tienes el sol contigo y también tienes la gloria.
Y los ángeles del cielo bajan con tanta alegría
a saludarnos a los tres: a Jesús, José y María—.
Y yo que he escrito este verso, de la Virgen me despido;
en la hora de la muerte, que no me echen olvido.