Era un hombre acaudelado     que tenía relaciones

con una chica muy guapa,     lo cual que ella era muy pobre.

Con engaño y simpatía     a la joven la engañó

hasta que ha llegado el día     (………………………..)

que logró lo que quería     y después la abandonó.

Al verse sola en el mundo,     verse pobre y deshonrá,

al verse sola en el mundo,     no dejaba de llorar.

Ya la hora se le acerca,     en un hospital ingresó

y tuvo una hermosa niña     de aquel canalla traidor.

La niña cumple tres años     y un día le dijo así:

—Mamaíta, tengo hambre,     ¿quieres que salga a pedir?—.

Y a un caballero elegante,     que por allí paseaba,

(…………………………..)     la niña se le acercó

con las lágrimas en los ojos     de esta manera le habló:

—Caballero, una limosna,     la pido por favor,

porque estamos sin comer     mi mamaíta y yo—.

Y el caballero contesta:     —Yo no te puedo dar ná—.

La niña se le retira,     de pronto se echa a llorar,

la madre, que lo conoce,     (y) al encuentro le salió.

—¿Dónde vas, hombre cobarde,     (…………………..)

no tienes una limosna     para tu hija del corazón?

—Si la tengo o no la tengo     con tus ojos lo has de ver,

cómo me caso con otra     antes del amanecer—.

Y al otro día siguiente     temprano se levantó

con su niña de la mano     para la iglesia se marchó,

vieron venir a los novios     y en un rincón se ocultó

y ella le ha salido al paso,     de esta manera le habló:

—¿Dónde vas, hombre cobarde?     Sé que te vas a casar,

¿no sabes que esta es tu hija?—.     Ella le clavó un puñal

y en la agonía  decía:     —Chiquilla, que me has matao

pero que no te castiguen     que has cumplido con tu deber

(………………………..)     porque yo te he deshonrao.