La Virgen salva a un prisionero de guerra

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Referencia catalográfica: 2280r

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Otras versiones de "La Virgen salva a un prisionero de guerra"

Alcalá Ortiz (2003: pp. 1053-1055)

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Una noche muy oscura,     solo alumbraba un lucero,

un soldado en su armadura     se lo llevan prisionero,

y no sabiendo     dónde él marchaba,

siempre sufriendo     triste lloraba.

—¡Ay, madre mía,     —solo él pensó—   

qué mala suerte     he tenido yo!—.

Por ver lo que rodeaba,     él venció su cobardía

y fingiendo en su valor,     penetró en la morería.

Seis años lo detuvieron     a usándolo de animal

al prisionero herrereño     que soñaba muerto ya.

Unos lo venden     y otros lo compran,

hacía servicio     y no de tropa,

en los norietos     muy bien atados    

sacando agua     y un moro al lado,

le preguntaban los moros:     —¿A España te quieres ir?—

Tenía que decir que no     porque le hacían sufrir,

a una mora le pusieron     para que palos le diera

al prisionero herrereño     siendo de tan buena tierra,

ella decía:     —¡Ay, español!,    

con alegría,     yo palos no—.

Se aconsejaron,     fuerte gritaba

y la morita     en el suelo daba.

Grandes castigos le dieron     pa todos tuvo el valor,

tan solo una buena mora     del pobre se adoleció.

Cansado ya de penar     con ganado en las montañas,

día de fiesta real     que se celebra en España.

—¡Ay, patria mía,     de mis amores!,

Hermosa Virgen     de los Dolores,

préstame auxilio     para fugar,

que yo a mis padres     quiero abrazar—.

Como un salvaje cruzó     cuatro días agua y viento

hasta que por fin llegó     en cueros al campamento.

Tres noches tuvo un ensueño     de que venía para España,

una voz que le decía:     “Corre por esas montañas”.

Él de seguida     fuerte corrió,

un grande río     se presentó,

más adelante     había otros dos

y grande pena     se le aumentó.

No llevando más compaña     que son los astros del cielo

solo llegó vivo a España     y no ser más prisionero.

Cuando llegó a Tetuán     causó grande admiración

de ponerse a declarar     y decir que era español.

Estaba tan débil,     tan mal trazado     

no parecía     ni ser soldado,

lo repusieron     un poco más,

el desgraciado     ya pudo hablar.

Los telegramas corrieron,     Herrera se levantó

a bautizar aquel moro     porque ya resucitó.

Resumen de "La Virgen salva a un prisionero de guerra"

Un soldado español es cautivado por el bando enemigo durante la Guerra de Marruecos. Lo utilizan como animal de carga cuyo principal cometido es tirar de una noria. Le asignan la labor de azotarlo a una mujer árabe, pero esta siente compasión y finge los golpes. El día de la fiesta real, el prisionero sale a cuidar del ganado. Extraña su patria y le pide a la Virgen que lo ampare. Sueña durante tres noches con una voz que le aconseja que escape por la sierra. Finalmente, se decide a llevar a cabo la empresa. Tras varios días en los que sufre verdaderas calamidades, consigue llegar al campamento de Tetuán. Está tan débil que sufre un desvanecimiento. Los soldados españoles lo recogen y lo curan.