La Anunciación

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 2294r

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Bibliografía

IGRH: 0505

Otras versiones de "La anunciación"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 4042-4044); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 28); Atero Burgos (2003: n.º 46); Benítez Sánchez (2000: p. 159-161); Fraile Gil (2016: n.º 254); Higueras Martínez y Aguilar González (2001: pp. 153-154); Pimentel García (2020: n.º 223); Piñero Ramírez (1996: n.º 45); Piñero Ramírez (2004: n.º 40); Piñero Ramírez (2013: n.º 97); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: p. 153); Tejerizo Robles (2007: n.º 473); Trujillo Pacheco (2017: n.º 39).

Contaminaciones y engarces

La Anunciación I (polias.) + Dudas de san José (Fraile Gil, 2016: n.º 255).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Cuando el Eterno     se quiso hacer niño,

le dijo al ángel     con mucho cariño:

—Oye, Gabriel,     llégate a Galilea,

allí verás     una pequeña aldea.

Es una vieja     que de David viene,

tiene una niña     que quince años tiene.

Ella es casada     con un carpintero

pero aunque pobre     dile que la quiero—.

Va el angelito     que vuela los vientos

hasta llegar     a su hermoso aposento.

—Dios te salve     —le dice a María—,

de tu misma sangre     nacerá el Mesías—.

 

¡Alegría, alegría!,

que ha parido la Virgen María

sin dolor ni pena

a las doce de la nochebuena

un infante tierno

con el frío rigor del invierno.

Y los pastorcillos

cuando vieron a su Dios chiquito

nacido entre pajas,

lo divierten al son de sonajas

y al hombro el ganado.

Repartirse por esos portales

que en un pesebrito

ha nacido nuestro Dios chiquito.

¡Ay, niño, no llores!,

que te lavan con agua de olores.

Adiós, señor buey,

adiós, mula, adiós os quedéis,

que me voy a casa,

ofrezco dos mil alabanzas.

Resumen de "La Anunciación"

Dios le pide a Gabriel que vaya a anunciarle a la joven María que va a ser la madre de Cristo. La muchacha acepta la propuesta del ángel de ser virgen y madre. Pasado un tiempo, la Virgen alumbra a Jesús en un parto sin dolor. Los ángeles y los pastores acuden a adorar al recién nacido. En otras versiones, la Virgen sueña que será la madre de Dios y despierta alborozada. La noche siguiente, vuelve a repetirse el sueño. Entonces, se le presenta un ángel que le confirma sus sospechas.