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Notas
Se repiten todos los hemistiquios de cada verso, salvo los versos 1, 6 y 8, en los cuales el primer hemistiquio se repite tres veces y el segundo no presenta repetición. El segundo hemistiquio del verso 12 tampoco presenta repetición, aunque, tras este, vuelve a repetirse el primer hemistiquio.
Bibliografía
IGRH: 0161
Otras versiones de "La bastarda y el segador"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
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Transcripción
Esto eran tres segadores de segar trigo y cebada.
Los deíles eran de oro y el ahoz de fina plata.
Uno de los segadores por el pueblo paseaba.
Una dama en un balcón del segador se apiadaba
y lo ha mandado a llamar con una de las criadas.
—Oiga usted, buen segador, mi señorita lo llama.
—¿A qué ha sido yo llamado con una de las criadas?
—Que si quiere usted segar, segarme a mí una cebada.
—Sí, señora, que la siego, ¿dónde la tiene sembrada?
—Esa cebada, señor, no está en cerro ni en cañada,
que está en medio dos columnas que me atraviesan el alma.
—Eso no está para mí, eso está pa el rey y el conde.
—Anda usted, buen segador, que será muy bien pagada—.
Le ha dado siete millones y un pañolito de Holanda,
que valía más el pañuelo que el dinero que le daba.
Le ha segao quince gavillas y el segador se marchaba,
como no podía andar se arrastraba por la sala.
—Oiga usted, buen segador, si mañana vuelve a casa.
—Sí, señora, volveré, pero serán las espaldas—.
Y aquí se acaba la historia del segador y de la dama.