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Bibliografía
IGRH: 0113
Otras versiones de "Las señas del esposo"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
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Transcripción
Estando yo en mi balcón bordando un pañuelo en seda,
vi de venir a un caballero por alta sierra Morena.
Me bajé y le pregunté que si venía de la guerra.
—Sí, señora, de allí vengo, ¿tiene usted alguien que le duela?
—Tengo allí a mi maridito, que hay siete años que está en ella.
—Dígame señal de él, por si puedo conocerla.
—Mi marido es alto y rubio, de caballería en la guerra,
él con su caballo blanco y su cincha bordá en seda.
—Por las señas que usted ha dado, muerto me lo dejé en ella,
y en el testamento puso que me case con su prenda.
—Eso sí que no lo hago, eso sí que no lo hiciera,
casarme yo con usted y mi marido en la guerra.
Siete años he estado esperando y otros siete esperaré,
si a los catorce no viene a monja me meteré.
—Y los tres hijos que tienes, Clarita, ¿qué vas a hacer?
—Uno lo meto en estudio, para que aprenda a leer,
y otro se lo doy a mi madre, para que cuide de él.
—Abre los ojos, Clarita, si me quieres conocer,
yo soy el del caballo blanco, tú mi querida mujer.
Mucho te he querido antes y más que te voy a querer
porque has sido mujer buena y has cumplido con tu deber.
Vámonos para la casa y te vistiré de seda
y a los hijitos criados yo les enseñaré la escuela.