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Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante indica que no sabe leer y que lo aprendió cuando tenía unos diez años e iba a trabajar con otras chicas.
Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00028 04).
Bibliografía
IGRH: 0000
Otras versiones de "Rosita la cigarrera"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
En el jardín de las flores, al lado de una palmera,
allí se hallaba sentada Rosita la cantinera.
Timoteo el barrendero, que al otro lado se hallaba,
acercándose a la joven por ver si la conquistaba.
Timoteo la decía: —Rosita del mes de abril,
si no estás enamorada, enamórate de mí.
Y Rosina le contesta con la sonrisa en los labios:
—No pienso en echarme novio hasta los veintidós años.
Y si alguna vez me lo echo, no ha de ser un barrendero,
ha de ser más hacendoso, porque si no, no le quiero.
—Rosita Primaverana, muy a lo alto te vas,
eres de cabeza loca, no sé si te casarás.
—No lo creas, Timoteo, que yo me quede soltera,
porque a un jardín tan hermoso no faltará a quien lo quiera.
–Ese jardín hermoso suelen darle muchos nombres,
también le suelen llamar "la perdición de los hombres".
–La perdición es la tuya de que ves que no te quiero,
porque a un jardín tan hermoso no le vale un barrendero—.
Ya cumple veintidós años Rosita la cantinera,
ya tiene treinta y tres años y no tiene quien la quiera.
Ella sin padre y sin madre, sin amor y sin dinero,
y a todas horas decía: —¡Quién pillara un barrendero!—.
Atento, jóvenes guapas, a esta canción verdadera
hay que amar al que nos ame y querer al que nos quiera.