Con quince años yo me eché un novio,     yo lo quería más que un vivir;

a los tres años dijo mi madre     que lo tenía que despedir.

Una mañana mu trempanito,     yo a mi ventana fui y me asomé,

me hizo señas con el pañuelo,     cogí la ropa y me fui con él.

Una vecina caritativa     aquella noche nos recogió.

Nos dieron cama, cama y comida;     nos dieron cama para los dos.

Yo cojo flores por las montañas,     yo cojo flores para vender;

yo cojo flores pa las mocitas, pa las viudas,     pa las casadas vendo también.

Pa las mocitas la flor del mundo,     pa las viudas, la flor morá,

pa las casadas, claveles blancos,     pa las mocitas, ramo de azahar.

Yo tengo un hijo, yo no lo niego,     yo soy su madre, lo criaré.

¡Maldito el padre que tenga un hijo     y no lo quiera reconocer!