Audio
Clasificación
Informantes
Recopiladores
Bibliografía
IGRH: 0000
Otras versiones de "La Virgen salva a un prisionero de guerra"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Una noche muy oscura, solo alumbraba un lucero,
un soldado en su amargura se lo llevan prisionero.
Y no sabiendo dónde marchaba,
siempre sufriendo, triste lloraba.
—¡Ay, madre mía, yo solo pienso
qué mala suerte he tenido yo!—.
En ver lo que rodeaba, él venció su cobardía,
y siguiendo su valor penetró en la morería.
Y unos lo venden y otros lo compran,
hacía el servicio y no de tropa.
A un añoreto muy bien atado
sacando agua y un moro al lado.
A esa mora la pusieron para que palos le diera
a aquel triste prisionero, siendo de tan buena tierra.
Y ella decía: —¡Ay, español!,
con alegría, yo palos no—.
Y aconsejado fuerte gritaba
y la morita en el suelo daba.
Le preguntaban los moros: —¿A España te quieres ir?—.
Tenía que decir que no porque le hacían sufrir.
Cansado ya de penar con ganado en la montaña,
un día de fiesta real, que se celebra en la España.
—¡Ay, patria mía, de mis amores,
hermosa Virgen de los Dolores!,
préstame auxilio para fugar
que yo a mis padres quiero abrazar—.
Tres noches tuve un ensueño de que venía a la España
y oí una voz que decía: “Corre por esas montañas”.
Y decidido, fuerte corrió
y un grande río se presentó.
Más adelante, había otros dos
y grandes penas se le aumentó.
No llevando más compaña que son los astros del cielo,
asín llegó vivo a España y no ser más prisionero.
Cuando llegó a Tetuán causa grande admiración
y ponerse a declarar y a decir que era español
porque tan débil, tan desgraciado
no parecía ni a ser soldado.
Lo repusieron un poco más
y el desgraciado ya pudo hablar.
Los telegramas corrieron y Herrera se levantó
a bautizar a aquel moro porque ya resucitó.