[com. 1] Llegó el día de olvidarte

porque así lo dijo Dios.

Te di un beso y un adiós

y marché sin mirarte.

 

Porque si una vez te miro,

no me aparto de tu lao

sin antes haber llorao

frente a ti, por tres suspiros.

 

Salí, la puerta cerré.

Y con la mirada incierta

volviendo a cerrar la puerta

parto de la [¿?]

 

Allí dentro se quedó

mi vida, mi felicidad querida,

la que yo adoré,

la que mi vida endulzó.

 

/.............../.............../

Diez años con su presencia,

y al apartarme de su existencia

allí dentro se quedó.

 

Viví, no. Asistí na más.

Un día estuve sin verla,

por dejar de quererla

y no la vi más.

 

Mi amor estaba dormío,

mas no muerto, señor juez.

Un día la vi otra vez

y ese día me ha perdío.

 

Iban muy juntos los dos.

Ella detrás, él delante;

ella iba con su amante

y yo solo con mi despecho.

 

Lo que pasó, no lo sé.

Apenas quiero recordar

/.............../.............../

un acero que saqué.

 

Y en aquel punto [¿dececho?],

el hombre a mis pies cayó:

/.............../.............../

lo maté en el pecho.

 

/.............../.............../

Ya que iba, señor juez,

lo mismo que la otra vez:

sin mirarla, sin mirarla.

 

Pero sentí un grito,

maldito grito

que vino a clavarse

dentro de mi alma.

 

/.............../.............../

Y con aquel sentimiento,

tan grande juramento,

la miré de que lloraba.

 

Y llorar porque caía [com. 2]

maldiciéndome a mí, quizá.

Nadie sufrirá jamás

lo que sufrí aquel día.

 

Y en la punta del puñal

sentí mi corazón

[…]

a todo me acomodo.

 

La maté porque era ingrata.

No le busco las clemencias.

Si es justo […]

el que muere como el que mata.

 

[Com. 1: Esto fue de… de unos… como ahora hay tantos novios que se disgustan, ¿sabes? Y ya, pues… se fue ella con otro y empezó ella, él.]

[Com. 2: Por el novio.]