La hermana avarienta

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Notas

Se titula "Las dos hermanas" en las anotaciones de campo.

Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00031 24).

Bibliografía

IGRH: 0374

Otras versiones de "La hermana avarienta"

Álvarez Cárcamo (2019: 16.3); Díaz (1980: n.º 17); Díaz (2007: F.16); Marazuela Albornos (1981: p. 399); Pimentel García (2020: n.º 313); Salazar (1999: n.º 234); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 23); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 137).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

ROMERO, F. (1979). Hacia una tipología de los personajes del Romancero. En D. Catalán, S. G. Armistead y A. Sánchez Romeralo, El Romancero hoy: Poética, 2º Coloquio internacional, Universidad de California, Davis (pp. 251-273). Madrid: Cátedra-Seminario Menéndez Pidal – University of California.

VALIENTE BARROSO, B. (2020). El romance La hermana avarienta en la tradición oral de Cantabria: Del intercambio simétrico a la insolidaridad social estructural. En S. Boto, J. A. Cid y P. Ferré (Coords.), Viejos son, pero no cansan. Novos estudos sobre o romanceiro. V Coloquio Internacional do Romanceiro, Coimbra, 22-24 de junho de 2017 (pp. 377-397)Fundación Ramón Menéndez Pidal – Centro de Investigação em Artes e Comunicação – Centro de Literatura Portuguesa – Instituto de Estudos de Literatura e Tradição.  https://doi.org/10.34619/j07b-er05

Transcripción

Un rey tenía dos hijas,      dos hijas solas tenía,

las casó con dos indianos     que de las Indias venían.

El uno era cazador,     el otro posibles tenía.

Se ha pasado mucho tiempo,     que el cazador se moría. 

Dijo que era de familia,     dijo que era en compañía,

y el niñito más pequeño     pide pan y no lo había.

—Anda, hijo de mi alma,     anda vete en cá tu tía,

pa que te dé medio pan,     que yo de hambre me moría. 

—Madre, yo no voy solito,     venga usted en mi compañía—.

 Y agarrado de la mano     a cá su hermana iba. 

—Hermana, si eres mi hermana,     me has de dar lo que te pida, 

me has de dar un medio pan,     que yo de hambre me moría.

—Mantente de la rueca     como los otros se mantenían,

que otros de menos posibles     de la rueca se valían—.  

Se ha marchado para casa     más triste que lo que iba,

y en el medio de la gente,     gotas de sangre caían. 

—¿Por qué lloras tú, mujer,     por qué lloras, mujer mía?

¿Ha venido algún pobre     en todos estos días?

—No ha venido ningún pobre,     que ha sido una hermana mía,

a pedirme un medio pan     que ella de hambre se moría;

yo no se le quise dar     como a una desconocida.

—¡Ah! Pícara de mujer,     ¡ah! Pícara indigna,

no se le das a tu hermana,     se lo darás a la mía—.

Y ha cogido cinco panes,     pa cá su cuñada iba,

todo lo ha hallado cerrado,     ventanas y celosías.

En la ventana más alta     que iba a dar a la cocina,

allí ha hallado cinco cuerpos     y su madre en compañía. 

—Toma, hijo, un cacho pan,     tu tío te lo traía.     

—Tío, ya no me hace falta,     ellos están en la otra vida,

y mi tía la malvada     en los infiernos estaría.

Resumen de "La hermana avarienta"

Dos hermanas se casan con dos indianos o hermanos: uno de ellos es jugador, mientras que el otro trabaja como comerciante o labrador. El jugador muere, dejando a su mujer e hijos en la miseria. La viuda acude a casa de su hermana para pedirle limosna o pan con el que alimentar a sus hijos. La hermana se niega a ayudarla y le aconseja que trabaje como costurera. La viuda vuelve a su casa y les da la mala noticia a sus hijos. Cierra las puertas y ventanas, y todos caen muertos. El marido de la hermana avariciosa vuelve a casa y manda aviar el almuerzo. Parte dos panes, que, milagrosamente, comienzan a sangrar. El marido le pregunta a su esposa si ha acudido algún pobre pidiendo limosna. Ella le confiesa que no quiso ayudar a su hermana. El marido se dirige a casa de la viuda con varios panes, pero se encuentra con los cadáveres. El niño más pequeño, que sigue con vida, rechaza el pan y le confiesa a su tío que él irá al cielo, al igual que su madre y hermanos, mientras que su padre y su tía serán condenados al fuego eterno. El tío regresa a casa y se encuentra a su mujer ahorcada. En algunas versiones, el ángel de la guarda vela los cadáveres de la viuda y los niños, y la Virgen se le aparece al marido de la avariciosa en el camino de vuelta a casa para prevenirlo de que su mujer está colgada y para pedirle que la entierre en una montaña.