La Virgen y el ciego

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 2447r

Informantes

Recopiladores

Notas

Se repiten todos los hemistiquios salvo el primer hemistiquio del verso 8, en el cual la informante realiza una corrección (“una para el niño Dios / una se dejó en la mano”). Tras los primeros hemistiquios y sus repeticiones correspondientes se añade “viva el amor”. Entre los segundos y sus repeticiones, se intercala “viva el laurel”.

Bibliografía

IGRH: 0226

Otras versiones de "La Virgen y el ciego"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 4083); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 34); Álvarez Cárcamo (2019: 25.17); Asensio García (2004: p. 113); Atero Burgos (2003: n.º 59); Benítez Sánchez (1999: pp. 218-221); Benítez Sánchez (2000: p. 262-264); Betancourt, Bonamore y Cohen (1992: n.º 17 de «Romances religiosos»); Díaz (1980: n.º 15); Díaz (2007: B.2); Fraile Gil (2010: n.º 147-149); Fraile Gil (2013: n.º  47); Fraile Gil (2016: n.º 285-290); Gómez Garrido (2012: n.º 22, 23); Higueras Martínez y Aguilar González (2001: p. 161); Jaén Castaño (2018: n.º 567-569); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 49, 50); Moreno Moreno (2016: n.º 82-87); Nieves Martín (2010: n.º 501-502); Pimentel García (2020: n.º 239); Piñero Ramírez (1996: n.º 58); Piñero Ramírez (2004: n.º 46 y 47); Piñero Ramírez (2013: n.º 105); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 88-89); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 77); Rico Beltrán (2009: n.º 62); Schubarth y Santamarina (1986: n.º 52); Suárez López (2009: n.º 236); Tejerizo Robles (2007: n.º 490-491); Trapero (1985: n.º 118-121); Trapero (2000a: n.º 76); Trapero (2000b: n.º 79); Trapero (2003: n.º 55); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 91); Trujillo Pacheco (2017: n.º 48, 49); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 150); Vázquez León (1993: n.º 15).

Contaminaciones y engarces

¿Cómo no cantáis, la bella?, a lo divino + La Virgen vestida de colorado + La Virgen y el ciego (Asensio García, 2004: pp. 121-122); ¿Cómo no cantáis, la bella?, a lo divino + La Virgen y el ciego (Asensio García, 2004: pp. 120-121; Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo, 2002-2003: n.º 131; Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 70); Congoja de la Virgen en Belén + La Virgen y el ciego (Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 89); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo, 2002-2003: n.º 131); La Virgen vestida de colorado + La Virgen y el ciego (Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 93-94; Piñero Ramírez, 2013: n.º 114; Sevilla, 1921: n.º 98); La Virgen y el ciego + El castillo de la Virgen (Esteve Faubel, 1998: pp. 1167-1168; Rico Beltrán, 2009: n.º 64; Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 92); La Virgen y el ciego + El milagro del trigo (Trapero, 2000b: n.º 78.15); Pobreza de la Virgen recién parida + La Virgen y el ciego (CLO, 1549r).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.

Transcripción

La Virgen va caminando     caminito de Belén;

como el camino es tan largo,     al Niño le ha dado sed.

—Anda, niño, más pa alante,     que hay un dulce naranjal,

que es un ciego el que lo guarda,     que es un ciego que no ve.

—Ciego, dame una naranja     para el niño entretener.

—Entre usted, señora, y coja     para el niño entretener—.

Como la Virgen es tan corta,     no cogió na más que tres:

una se dejó en la mano     y otra para San José.

A la salida del huerto,     ha empezado el ciego a ver.

—¿Quién ha sido esa señora     que me ha hecho tanto bien?

—Era la Virgen María     y su esposo San José.

Resumen de "La virgen y el ciego"

La sagrada familia camina hacia Belén. En mitad del camino, el niño se queja de que tiene sed. María le pide que no beba agua porque los ríos bajan turbios. Siguen adelante y encuentran una huerta de naranjas. La Virgen le pide al ciego guardián que le dé una fruta para el niño, pero él le asegura que puede coger las que desee. La Virgen toma una para cada miembro de la familia. En algunas versiones, cada vez que el niño arranca una naranja del árbol, crecen tres. Una vez que la familia se marcha, el ciego recupera la vista. En ocasiones, el ciego regresa a su casa y se lo cuenta a su mujer.