La Virgen y el ciego

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 2481r

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Notas

Se repiten todos los primeros hemistiquios y se añade tras los segundos, a partir del cuarto verso, el estribillo: “sarabarandá y andandillo, sarabarandillo y andá”.

Bibliografía

IGRH: 0226

Otras versiones de "La Virgen y el ciego"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 4083); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 34); Álvarez Cárcamo (2019: 25.17); Asensio García (2004: p. 113); Atero Burgos (2003: n.º 59); Benítez Sánchez (1999: pp. 218-221); Benítez Sánchez (2000: p. 262-264); Betancourt, Bonamore y Cohen (1992: n.º 17 de «Romances religiosos»); Díaz (1980: n.º 15); Díaz (2007: B.2); Fraile Gil (2010: n.º 147-149); Fraile Gil (2013: n.º  47); Fraile Gil (2016: n.º 285-290); Gómez Garrido (2012: n.º 22, 23); Higueras Martínez y Aguilar González (2001: p. 161); Jaén Castaño (2018: n.º 567-569); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 49, 50); Moreno Moreno (2016: n.º 82-87); Nieves Martín (2010: n.º 501-502); Pimentel García (2020: n.º 239); Piñero Ramírez (1996: n.º 58); Piñero Ramírez (2004: n.º 46 y 47); Piñero Ramírez (2013: n.º 105); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 88-89); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 77); Rico Beltrán (2009: n.º 62); Schubarth y Santamarina (1986: n.º 52); Suárez López (2009: n.º 236); Tejerizo Robles (2007: n.º 490-491); Trapero (1985: n.º 118-121); Trapero (2000a: n.º 76); Trapero (2000b: n.º 79); Trapero (2003: n.º 55); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 91); Trujillo Pacheco (2017: n.º 48, 49); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 150); Vázquez León (1993: n.º 15).

Contaminaciones y engarces

¿Cómo no cantáis, la bella?, a lo divino + La Virgen vestida de colorado + La Virgen y el ciego (Asensio García, 2004: pp. 121-122); ¿Cómo no cantáis, la bella?, a lo divino + La Virgen y el ciego (Asensio García, 2004: pp. 120-121; Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo, 2002-2003: n.º 131; Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 70); Congoja de la Virgen en Belén + La Virgen y el ciego (Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 89); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo, 2002-2003: n.º 131); La Virgen vestida de colorado + La Virgen y el ciego (Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 93-94; Piñero Ramírez, 2013: n.º 114; Sevilla, 1921: n.º 98); La Virgen y el ciego + El castillo de la Virgen (Esteve Faubel, 1998: pp. 1167-1168; Rico Beltrán, 2009: n.º 64; Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 92); La Virgen y el ciego + El milagro del trigo (Trapero, 2000b: n.º 78.15); Pobreza de la Virgen recién parida + La Virgen y el ciego (CLO, 1549r).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.

Transcripción

La Virgen va caminando,     va caminito de Belén

y, en la mitad del camino,     al niño le ha dado sed.

—No pidas agua, mi vida,     no pidas agua Manuel,

que los arroyos vienen turbios     y no se puede beber—.

Allá arribita hay un huerto,     hay un huerto naranjel

que lo guarda un pobre ciego,     pobre ciego que no ve.

—Ciego, dame una naranja     para el niño entretener.

—Entra usted, señora, y coja     para el niño y para usted—.

La Virgen, como es tan pura,     no cogió na más que tres:

una le dio a Manolito     y otra le dio a san José

y otra se quedó con ella     para el niño entretener.

A la salida del huerto,     cuando el ciego empieza a ver.

—¿Quién ha sido esa señora     que me ha hecho tanto bien?

—Ha sido la Virgen pura     y su esposo san José.

Resumen de "La virgen y el ciego"

La sagrada familia camina hacia Belén. En mitad del camino, el niño se queja de que tiene sed. María le pide que no beba agua porque los ríos bajan turbios. Siguen adelante y encuentran una huerta de naranjas. La Virgen le pide al ciego guardián que le dé una fruta para el niño, pero él le asegura que puede coger las que desee. La Virgen toma una para cada miembro de la familia. En algunas versiones, cada vez que el niño arranca una naranja del árbol, crecen tres. Una vez que la familia se marcha, el ciego recupera la vista. En ocasiones, el ciego regresa a su casa y se lo cuenta a su mujer.