San Isidro labrador

Audio

Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 2499r

Informantes

Recopiladores

Notas

La informante comenta que la cantaba una mujer conocida como «Encarna de Sixto», procedente de Frailes. Cuando era joven, mucha gente de este municipio venía a la zona conocida como La Marquesa o Cuérniga Alta (tierras próximas a Villardompardo) para recoger la aceituna.

Bibliografía

IGRH: 0000

Otras versiones de "San Isidro labrador"

Alonso Fernández et alii (2017: n.º 72); Alonso Fernández y Cruz Moreno (2003: n.º 36); Atero Burgos (2003: n.º 326); Benítez Sánchez (1999: p. 212); Checa Beltrán (2005: n.º 55); Fraile Gil (2016: n.º 303); Higueras Martínez y Aguilar González (2001: p. 177); Moreno Moreno (2016: n.º 210); Pimentel García (2020: n.º 923); Trujillo Pacheco (2017: n.º 57).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

San Isidro, el labrador,     patrón de la quintería,

que pa cuando iba a labrar,     era más de medio día.

(Y) todos sus arabales,     todos le tenían envidia

de ver que sus arabales     no aran más que medio día.

(Y) uno de sus arabales     al amo fue a imponer:

—Mire, usted, que su criado     no cumple con su deber.

—Si mi criado no cumple,     no cumple con su deber,

yo a usted no le pido nada     para pagarle yo a él—.

Coge el amo su caballo     por cerros y por cañadas

y vio en aquellos llanos     tres pares de mulas blancas.

—Buenos días tenga, Isidro.     —Buenos días traiga el amo.

—Dime quién te ayuda a ti     para hacerme mis trabajos.

—A mí no me ayuda nadie     para hacerle sus trabajos,

tan solo el rey de los cielos     que me ayuda con su amparo—.

Estando el amo allí,     Isidro ha salido arando

y vio abrirse tres surcos,     no habiendo más que un arado.

Coge el amo su caballo,     de alegría va llorando

a contarle a su señora     que su criado era santo.

(Y) a otro día de mañana,     las campanas repicaron.

—Que saquen a San Isidro,     que su patrón lo ha mandado.

Resumen de "San Isidro labrador"

San Isidro suele arar pasado el mediodía. Los otros labradores, viendo que a pesar de salir más tarde saca más provecho de la faena que ellos, acuden a su amo para quejarse de la situación. El amo decide salir para comprobar los hechos. Le pregunta a su criado quién le ayuda con las tareas y este le responde que Dios. A continuación, el señor observa cómo Isidro, con un solo arado, es capaz de hacer tres surcos. Queda maravillado y, una vez en casa, le cuenta a su mujer que su criado es santo. En algunas versiones, al día siguiente, el amo decide mandar a Isidro a labrar una tierra donde no hay agua. El amo se acerca a Isidro para preguntarle por la tarea y le dice que está sediento. El santo golpea unas rocas con su vara y hace brotar una fuente de agua. La mañana siguiente, redoblan las campanas para festejar el don de Isidro.