Seducida, salvada por el rosario

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Notas

Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00034 34).

Bibliografía

IGRH: 0208

Otras versiones de "Seducida, salvada por el rosario"

Álvarez Cárcamo (2019: 11.5); Díaz (2007: E.16); Fraile Gil (2010: n.º 70); Pimentel García (340: n.º 340); Salazar (1999: n.º 216); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 136).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

El día Pascua de Flores,     por ser día señalado,

se enamoró aquella dama     de aquel galán tan bizarro.

Siete leguas la ha sacado     por los montes extraviados,

al cabo las siete leguas,     la dama le ha preguntado:

¿Dónde me llevas, amor,     que tan desterrada me hallo? 

—Voy a quitarte la vida     después de haberte gozado.

Antes de que te la quite,     voy a descansar un rato;

de cabecera pondré     la silla de mi caballo.

—Yo me pondré de rodillas     con el Rosario en la mano,

pidiendo al Dios verdadero     y a la Virgen del Rosario

que me recoja mi alma,     mi cuerpo queda en el campo.

Criadas que estáis sirviendo,     no os guieis de los amos, 

que yo, por fiarme de uno,     ya veis lo que me ha pasado.

Para mí no hay sacerdotes,     para mí no hay camposanto, 

para mí no hay sepultura,     mi cuerpo queda en el campo—.

El ladrón, que no dormía,     todo lo estaba escuchando,

se levantó de dormir     y estas palabras ha hablado:

—¿De quién son estos arroyos     que por mis pies han pasado?

—Son lágrimas de mis ojos     que de llorar no han cesado. 

—Ya no te quito la vida     ni tampoco te hago daño,

que estas palabras que has dicho     el corazón me han quebrado. 

Nos iremos pa tu tierra     juntados en el caballo.

—Pa la tuya, caballero,     que pa la mía no me hallo,

y si vamos pa la tuya,     ¿qué nos dirán mis hermanos?

—Íbamos pa la mía     agarrados de la mano. 

Resumen de "Seducida, salvada por el rosario"

Una muchacha se enamora de un caballero, con el que se fuga. Después de andar varias leguas, el caballero le comunica que su intención es gozar de ella para después matarla. Hacen un alto en el camino. Mientras que el caballero duerme, la muchacha reza un rosario y le implora a la Virgen que se lleve su alma antes de que pierda la honra. El caballero, que la está escuchando, se apiada de ella y la lleva de vuelta con sus padres o le propone matrimonio.