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Notas
Se titula “El niño perdido” en las anotaciones de campo.
Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00034 41).
Bibliografía
IGRH: 0179 + 0605.1
Otras versiones de "Madre, en la puerta hay un niño"
Otras versiones de "El niño perdido y hallado en el templo"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
PURCELL, J. B. (1980). Traditional Ballads among the Portuguese in California. En Portuguese Americans and Spanish Americans (pp. 1-19, 77-90). Nueva York: Arno Press.
TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.
VÁZQUEZ RECIO, N. (2000). Una yerva enconada: Sobre el concepto de motivo en el Romancero Tradicional. Fundación Machado – Diputación de Cádiz.
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Transcripción
Madre, a la puerta hay un niño más hermoso que el sol bello,
tiritando está de frío, pidiendo por Dios consuelo.
—Anda, dile que entre, se calentará,
porque en este pueblo ya no hay caridad,
ni nunca la habido ni nunca la habrá—.
Entra el niño y se calienta, y después de calentado,
le pregunta la patrona: —¿De qué patria y qué reinado?
Y el niño responde: —Yo soy de Belén,
mi madre es del cielo, mi padre también;
yo bajé a la tierra para padecer.
—Hazle la cena a este niño, guisaremos de contado,
le quedaremos en casa como a un niño regalado—.
El niño responde: —Eso no, señora,
que tengo una madre que el cielo la adora.
—¿Tanto quieres a tu madre? —Sí, señora, sí la quiero,
tres días que no la he visto, tres mil años se me han hecho.
—Si usted me dijera dónde ella parara,
de rodillas fuera hasta que la hallara.
Hazle la cama a este niño en la alcoba y con primor.
—Señora, no quiero cama, que mi cama es un rincón;
mi cama es el suelo desde que nací
y hasta que en cruz muera, ha de ser así—.
Al tiempo romper el alba, el niño se levantó,
y le dice a la patrona que se quedara con Dios.
—Yo me voy al templo, porque allí es mi casa,
que algún día iréis a darme las gracias.
—Queda con Dios, niño hermoso, de ti quedo enamorada,
Dios quiera halles esa tu madre ahí enseguida a la entrada,
y si no la hallares, te vuelves pa casa,
que algún día iremos a darte las gracias—.
Su madre le anda buscando por callejas y rincones,
y a las personas que veía les decía estas razones:
—Decidme si ha’is visto al sol de los soles,
al que nos alumbra con sus resplandores.
—Denos usted alguna seña por si acaso le encontramos.
—Es blanco como la nieve, como la rosa encarnado—.
Su madre pa el templo iba caminando
en busca de su hijo, de su hijo amado.
Llegada María al templo, a su hijo le ha encontrado
metido entre los doctores y de las leyes hablando.
Y su madre, al verle, se cayó pa un lado,
y no pudo hablar a su hijo amado.
........................... —Hijo, ¿qué tal lo has pasado?
—En ca’ un rico fui a pedir, y me echaron los alanos;
los alanos tan humildes, que me hicieron mil halagos,
y yo les prometo, aunque soy muchacho,
darles el castigo que ellos me han dado.