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Notas
Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Agradecemos la valiosa colaboración de M.ª Teresa Aranzana Escudero, que nos puso en contacto con las informantes de la localidad de Alcolea.
Bibliografía
IGRH: 5012
Otras versiones de "En la estación de Alicante"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
En un pueblo de Alicante a un tren subió un militar
en un coche de segunda que para su casa va.
Al ir a tomar asiento, el joven quedó mirando
a una muchacha muy guapa que lleva el niño en los brazos.
La señora le pregunta: —¿Es que va usted con permiso?—.
El militar le contesta: —No, señora, voy cumplido—.
La señora se conmueve y le dice muy risueña:
—Si no tiene inconveniente, ¿por qué no me da las señas?
—Soy de Almadén de los Ríos, me llamo José Jiménez,
vivo en la calle Mayor, número cuarenta y nueve—.
La señora se conmueve y le dice con mucha gracia:
—¿Me quiere coger el niño mientras bajo a beber agua?—.
Se pasan cuatro estaciones, la señora no volvió,
y el militar con el niño: —¿Qué voy a hacer yo?
Se queda mirando al niño, dice: —No viene tu madre—.
Ve que en la mano derecha lleva colgada una llave,
le quita la llave al niño, coge y abre la maleta,
y envuelto en unos papeles llevaba diez mil pesetas.
En los papeles decía: “Procure al niño criarlo,
y si no tiene dinero, lo publica en el diario”. [Com.]
Al llegar a la estación, su madre que lo esperaba,
al verlo con aquel niño, su madre le preguntaba,
y la novia le decía: —Tú me tienes engañada—.
Desde la estación al pueblo le cuenta lo que le pasa,
cómo le dieron el niño y el dinero que llevaba.
Preparan para la boda, ellos pronto se casaron
y se llevaron al niño, con biberón lo criaron.
Cuando tenía quince años, se ha metido en un taller,
a que aprendiera de chófer, que eran los deseos de él.
Cuando tenía dieciocho, se ha marchao pa Barcelona,
y se ha colocao de chófer con una noble señora.
Ya llevaba varios meses sirviendo en aquella casa,
le hacían varios regalos por lo bien que se portaba,
hasta que un día la señora le ha llamado a su despacho:
—Perdona mi atrevimiento y escucha lo que te hablo:
si tú te casas conmigo, como yo no tengo a nadie,
todito mi capital será pa ti y pa tus padres.
—Sí, señora, sí tengo padres, pero buena no será,
estando yo pequeñito me ha entregado a un militar.
—Ven acá, hijito querido, ven acá, que tu madre soy yo,
ven acá y dame un abrazo, hijo de mi corazón.
A los que a ti te han criao tengo pedirles perdón
y también darles las gracias por hacerme este favor.
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[Com.: No. Me he equivocao.]