Memorias de la guerra de marruecos

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 2567r

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Bibliografía

Otras versiones de "Memorias de la guerra de Marruecos"

Pimentel García (2020: n.º 508); Trapero (2003: n.º 89).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

A mí no me gusta el vino     ni el agua en fuente de Ocaña;

y el año que yo entré en quintas     puse un ramo en tu ventana.

Puse un ramo en tu ventana     de rosas y de claveles,

y a hora que vengo cumplido     te lo pongo de laureles.

Te lo pongo de laureles     por ser la más preferida,

con un letrero que dice:     “Soy soldao de artillería”.

Soy soldao de artillería,     del regimiento caballo;

de la plana el primer grupo     de servir a muchos años.

 Las muchachas de Madrid     le dicen al capitán:

—Si se van los artilleros,     la flor de Madrid se va—.

Las muchachas de Madrid     le dicen al comandante:

—Si se van los artilleros,     nosotros vamos delante—.

Ya no limpio más caballos     porque no me da la gana,

que los tiene que limpiar     el sargento de semana.

Resumen de "Memorias de la guerra de Marruecos"

Un quinto marcha a la guerra de Marruecos. Se despide de sus padres y de su novia, que llora desconsolada porque teme que la deje por una morita. Él le promete fidelidad. A continuación, relata las calamidades que sufren los quintos en la guerra, frente a los privilegios de los oficiales. Pese a su bajo salario, los soldados se juegan la vida por proteger a los del Tercio y a los regulares, que disfrutan de ventajas de las que ellos carecen.