Albaniña

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Notas

Esta versión, tras cada verso se añade el estribillo: “que toma lanita y nita, que toma lanita y no”.

Bibliografía

IGRH: 0234

Versión publicada en Anaya Flores (2016: p. 251).

Otras versiones de "Albaniña"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3899); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 18); Álvarez Cárcamo (2019: 14.1); Asensio García (2004: pp. 94-95); Atero Burgos (2003: n.º 32); Betancourt, Bonamore y Cohen (1992: n.º 3 de «Romances novelescos»); Cid (1974: n.º 16, 17); Cid (1993: n.º 24); Díaz (2007: F.17); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: p. 16); Fraile Gil (2010: n.º 92); Fraile Gil (2013: n.º 41); Fraile Gil (2016: n.º 47); Majada Neila (1984: n.º 73); Manzano Alonso (2003: pp. 233-242); Marazuela Albornos (1981: pp. 396-397); Martínez Ruiz (1956: n.º 12); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 23); Moreno Moreno (2016: n.º 43); Pimentel García (2020: n.º 149); Piñero Ramírez (1996: n.º 33); Piñero Ramírez (2004: n.º 27); Piñero Ramírez (2013: n.º 23); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 63-64); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 46); Rico Beltrán (2009: n.º 25); Sánchez Miguel (1984: n.º 17, 18); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 39); Suárez López (2009: n.º 227); Tejerizo Robles (2007: n.º 368); Trapero (1985: n.º 78); Trapero (2000a: n.º 31, 32); Trapero (2000b: n.º 21); Trapero (2003: n.º 20, 21); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 40); Trujillo Pacheco (2017: n.º 37); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 65).

Contaminaciones y engarces

Bernal Francés + Albaniña (Trapero, 1985: n.º 8 «Apéndice»); La mujer del pastor + Albaniña (Almoguera Gómez, 1989: pp. 32-34); Santa Irene o santa Elena + Albaniña (Rico Beltrán, 2009: n.º 17).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

ATERO BURGOS, V. y RUIZ FERNÁNDEZ, M.ª J. (2001). Alba, Catalina, Elena y otras adúlteras del romancero tradicional. En: Los trigos ya van en flores. Studia in Honorem Michelle Débax, 41-62. Toulouse:  CNRS-Université de Toulouse-Le Mirail.

DÍAZ ROIG, M. (1986). Estudios y notas sobre el Romancero. México, D. F.:  El Colegio de México (Serie Estudios de lingüística y literatura, 1).

GARCÍA MARTÍN, V. (2019). La memoria de la tradición oral en el siglo XXI: El Romance de Albaniña. En La voz de la memoria, nuevas aproximaciones al estudio de la literatura popular de tradición infantil: V Jornadas Iberoamericanas de Literatura Popular Infantil. Homenaje a Pedro Cerrillo, 799-815. Cuenca: UCLM (Estudios, 116).

GONZÁLEZ, A. (2001). El tesoro del Romancero: la variación. Dos ejemplos de la tradición americana. ALHis, 30, 53-67.

RUIZ GARCÍA, M.ª T. (2005). Recreación del romance de La adúltera en la tradición hispanoamericana. Revista de Literaturas Populares, 5, 62-78.

Transcripción

Estando una señorita     sentadita en el balcón,

ha pasado un caballero     de esos de mala intención

y le ha dicho: —Señorita,     con usted durmiera yo.

—Mi marido está de caza,     nunca mejor ocasión,

y para que no llegue     le echaré una maldición:

que los perros que le acompañan     le saquen el corazón—.

Estando en estas palabras,     su maridito llegó:

—Se me han perdido las llaves     del cofrecito mayor.

—Las tuyas eran de plata,     de oro las tengo yo.

—¿De quién es ese sombrero     que en la percha veo yo?

—Tuyo, tuyo, maridito,     que mi hermana lo compró,

para que a la boda vayas     de mi hermana la mayor.

—¿De quién es ese bulto     que en mi cama veo yo?

—El niño de la vecina,     que en mis brazos se durmió.

—¿Y de quién es esa espada     que en el suelo veo yo?

—Cógela, marido mío,     con ella matadme vos,

que la muerte me merezco     por esta infame traición.

Resumen de "Albaniña"

Una dama está sentada en su balcón cuando se le acerca un soldado o un caballero que le propone relaciones. Ella maldice a su marido, que se encuentra cazando, y acepta los ofrecimientos del galán. Poco después llega el esposo, que le pide que abra la puerta. El marido nota cierta preocupación o rubor en su rostro y sospecha que le es infiel. La dama desmiente la acusación y le explica que su turbación se debe a que ha perdido sus llaves o a que se le ha apagado el velón. Él le ruega que no se preocupe porque trae consigo unas llaves de oro o porque pueden encargar unas nuevas a una platería. A continuación, el marido interroga a la adúltera acerca de algunos objetos extraños que se encuentra en la casa: sombrero, escopeta, caballo, capa, etc. Ella responde que son regalos de sus padres o de su suegro. Finalmente, le pregunta acerca del hombre que duerme en su cama y ella asegura que es el hijo de alguna vecina o su hermano pequeño, pero el marido objeta que los niños no tienen barba. En ocasiones, arroja al amante por el balcón. En otras versiones, ella confiesa su infidelidad y le pide a su esposo que le dé muerte. Este la lleva a casa de sus padres, pero ellos se desentienden del caso. Existen diversos desenlaces: 1) el marido vuelve con su mujer a casa y la asesina; 2) el esposo mata a su mujer, pero muere al poco tiempo, quedándose el amante con la casa; 3) el marido mata a su mujer y al amante de esta.