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Notas
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Bibliografía
IGRH: 0153
Versión publicada en Anaya Flores (2016: p. 141)
Otras versiones de "La mala suegra"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
KIORIDIS, I. (2015). La suegra «mata» a la nuera: dos ejemplos del motivo en las baladas tradicionales griegas y en el romancero, Atalaya [En ligne], 15.
URL: <http://atalaya.revues.org/1683>
SORIANO LÁZARO, E. (1981). El romance de la mala suegra recogido en Mezquita de Loscos, Kalathos, I, 179-182.
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Transcripción
Carmela se paseaba por una sala brillante,
con dolores de su parto, que el corazón se le parte.
La suegra que la está viendo por el ojo de la llave
le dice: —Coge la ropa y anda y veste con tus padres—.
Enrique entra por una puerta, por la otra Carmela sale
y la primera palabra: —¿Dónde está Carmela, madre?
—Si supieras, hijo mío, por ella no preguntases,
pues me ha tratado muy mal, y que eres hijo de un fraile—.
Enrique coge el caballo y enseguida va a buscarla,
y en mitad del camino, Carmela encuentra sentada.
—Sube, Carmela, conmigo, (………......................……………)
sube ante del caballo, (………….......................……………..)
que en mitad de aquel olivo tengo intención de matarte.
—¿Cómo quieres que me suba, cómo quieres que me suba adelante,
si las ancas del caballo van derramando mi sangre?—.
Ya repican las campanas, las campanas de Linares.
—¿Quién se ha muerto, quién se ha muerto? —La condesa de Olivares.
—No se ha muerto, no se ha muerto, que la ha matado mi padre.
Las campanas de la gloria, para mí y para mi madre;
y las del infierno ardiendo, para mi agüela y mi padre.