San Antonio y los pájaros

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Notas

Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Bibliografía

IGRH: 0194

Publicado en Anaya Flores (2016: pp. 357-358)

Otras versiones de "San Antonio y los pájaros"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 4024); Alcalá Ortiz (2006: pp. 138-149); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 35); Atero Burgos (2003: n.º 71); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 130); Benítez Sánchez (1999: pp. 277-278); Benítez Sánchez (2000: pp. 270-273); Checa Beltrán (2005: n.º 21); Díaz (2007: C.1); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 17-21); Esteve Faubel (1998: pp. 1206-1209); Foxo (2011: pp. 68-69); Gómez Garrido (2012: n.º 160); Heredia Menchero (2017: n.º 70); Hernández Fernández (2010: n.º 25-26); Majada Neila (1984: n.º 45, 46); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 194); Moreno Moreno (2016: n.º 92); De Mur Bernad (2015: n.º 75, 76); Nieves Martín (2010: n.º 517); Pimentel García (2020: n.º 332); Piñero Ramírez (1996: n.º 69); Piñero Ramírez (2004: n.º 53); Piñero Ramírez (2013: n.º 122); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 126-127); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 79); Rico Beltrán (2009: n.º 102); Schubarth y Santamarina (1986: n.º 74a); Trapero (2000a: n.º 203); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 198); Trujillo Pacheco (2017: n.º 58).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

RODRÍGUEZ PASTOR, J. (1996). Algunas manifestaciones folkloricas en torno a san Antonio de Padua. Revista de Folklore, 16 (186), 84-98.

TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.

Transcripción

Antonio divino y santo,     rógale a Dios inmenso

que por tu gracia divina     ocupe mi entendimiento,

para que mi lengua     refiera el milagro

que en el güerto oraste     de edad de ocho años.

De pequeño fue criado     con mucho temor de Dios,

de sus padres fue estimado     y del mundo admiración.

Fue caritativo     y perseguidor

de todo enemigo,     fue muy buen hechor.

Su padre era un caballero     honrado, serio y prudente,

que mantenía su casa     con el sudor de su frente.

Y tenía un güerto     donde él cogía

cosechas y frutos     que el tiempo traía.

Por la mañana un domingo,     como siempre acostumbraba,

se marchó su padre a misa,     cosa que nunca olvidaba.

Y le dijo: —Antonio,     ven aquí, hijo amado,

escucha que tengo     que darte un recado.

Durante yo estoy en misa,     buen cuidado has de tener,

mira que los pajaritos     lo echan todo a perder.

Entran en el güerto,     pican el sembrado,

por eso te encargo     que tengas cuidado—.

Cuando se marchó su padre     y a la iglesia se marchó,

quedando Antonio confuso     y a los pájaros llamó:

—Venir, pajaritos,     dejar el sembrado,

que ha dicho mi padre     que tenga cuidado—.

Vio venir a su padre,     luego mandando callar.

Llamó su padre a la puerta     y comenzó a preguntar:

—¿Qué tal, Antoñito,     qué tal, hijo amado,

has cuidado bien     de los pajaritos? —.

Antonio le dijo así:     —Padre, no tenga cuidado,

que para que no hagan mal     los tengo todo encerrados—.

Su padre que vio     milagro tan grande

al señor obispo     trató de avisarle.

Ya viene el señor obispo     con grande acompañamiento,

quedando Antonio confuso     al ver tan grande proyecto.

Abrieron ventanas,     puertas a la par

por ver si las aves     querían marchar.

Antonio les dijo así:     —Padre, no tenga cuidado,

los pájaros no se van     hasta que yo no lo mando—.

Se puso en la puerta     y les dijo así:

—Vamos, pajaritos,     ya podéis salir—.

Antes de alzar el vuelo     cantan con grande alegría,

despidiéndose de Antonio     y toda su compañía.

Antonio bendito,     por su procesión

échanos a todos     una bendición.

Resumen de "San Antonio y los pájaros"

El padre de san Antonio acude un domingo a misa y le encomienda a su hijo que tenga cuidado de que las aves no estropeen el sembrado. El niño llama a los pájaros y los encierra dentro de una habitación. Cuando Antonio ve que su progenitor vuelve a casa, manda callar a las aves. El padre le pregunta si ha cumplido con su encargo y el niño le contesta que tiene a los pájaros encerrados en una habitación. El padre queda estupefacto y llama al obispo para que vea el milagro. Una vez en casa de Antonio, el obispo y sus acompañantes abren las ventanas y las puertas para que las aves se marchen, pero Antonio asegura que no lo harán hasta que él no lo ordene. A continuación, el niño les pide a las aves que salgan. Estas lo hacen y se reúnen fuera de la habitación esperando nuevas instrucciones del santo. Este les ordena que se marchen sin picar en los sembrados. Los pájaros se despiden y se marchan.