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IGRH: 0153
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Bibliografía
Publicado en Anaya Flores (2016: p. 146).
Otras versiones de "La mala suegra"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
KIORIDIS, I. (2015). La suegra «mata» a la nuera: dos ejemplos del motivo en las baladas tradicionales griegas y en el romancero, Atalaya [En ligne], 15.
URL: <http://atalaya.revues.org/1683>
SORIANO LÁZARO, E. (1981). El romance de la mala suegra recogido en Mezquita de Loscos, Kalathos, I, 179-182.
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Transcripción
Carmela se paseaba por una sala adelante
con dolores de su parto, que el corazón se le parte.
La suegra que le está viendo por el ojo de la llave:
—Coge, Carmela, la ropa y anda, vete con tu madre;
a la noche vendrá Pedro, yo le contaré el descarte,
y le pondré de cenar y cama donde acostarse—.
Pedro entra por una puerta, (…………………..)
Carmela sale por otra; (…………………..)
la primera palabrita: —¿Dónde está Carmela, madre?
—Si supieras, hijo mío, no por ella preguntarse,
nos ha estado diciendo que eres hijito de fraile—.
Pedro coge su caballo y su espada adelante;
al salir de la ciudad, se ha encontrado a la comadre.
—Abuela, ¿dónde está Carmela? Dígale que se levante.
—De dos horas paridita no hay mujer que se levante—.
La ha cogido de la mano y la ha echado por delante.
Andaron leguas y leguas y toítas sin hablarse.
—¿Cómo no me hablas, Carmela? —¿Cómo quieres que te hable,
si las ancas del caballo van derramando mi sangre?
¿Cómo no me hablas tú, Pedro? —¿Cómo quieres que te hable,
si detrás de aquella ermita tengo intención de matarte?—.
Responde el niño a sus horas: —¿Por qué mata usté a mi madre?
Es un falso testimonio que han querido levantarle.
Las campanas de la gloria, para mí y para mi madre,
y las del infierno ardiendo, para mi abuela y mi padre.