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Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Bibliografía
IGRH: 0113
Publicado en Anaya Flores (2016: pp. 94-95)
Otras versiones de "Las señas del esposo"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
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Transcripción
Estando yo en mi ventana bordando puños de seda,
vi de bajar a un soldado por lo alto Sierra Morena:
—Le tengo que preguntar si es que viene de la guerra.
—Sí, señora, de allí vengo; ¿tiene usté alguien quien le duela?
—Tengo yo a mi maridito, siete años lleva en ella.
—Deme usted las señas de él, por si yo le conociera.
—Mi marido es un buen mozo de regimiento de guerra,
lleva el caballito blanco, la silla bordada en seda.
—Ese señor que usted dice muerto en la guerra se queda,
que le estuve yo alumbrando pa que el testamento hiciera.
Y en el testamento dice que me case con su prenda.
—Eso sí que yo no hago, eso sí que yo no hiciera.
De las tres hijas que tengo, con ellas me quedaré,
una la meteré a monja y otras las haré mujer.
Siete años le he esperado, otros tres le esperaré;
si a los diez años no viene, a monja me meteré.
—Abre los ojos, esposa, y tú me miras muy bien,
que el que hay en el caballo tuyo maridito es.
