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Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante presenta los rasgos fonéticos característicos de las hablas andaluzas orientales y decisivos influjos de las hablas murcianas, con pérdida de la /-d-/ intervocálica, si bien en ocasiones la recupera; neutralización de /-r/ y /-l/, usualmente en favor de /r/; y relajación de la /-s/ y la consiguiente abertura de la vocal anterior; entre otros rasgos.
La informante manifiesta que aprendió este romance, siendo ella niña, de «los papeles que vendían los ciegos».
Existe una versión escrita recogida en su libro El edén de la memoria (2023: pp. 150-152).
Bibliografía
Otras versiones de "Delgadina"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
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Transcripción
Rey moro tenía tres hijas y las tres eran de plata.
A la más repequeñita Delgadina le llamaban.
Un día puestos en la mesa su padre la remiraba.
—Papá, ¿por qué me remiras tanto? —Yo no te remiro nada,
que antes de las doce y media has de ser mi enamorada.
—No lo quiera Dios del cielo ni la Virgen soberana
que yo tuviera que ser madrasta de mis hermanas.
—Soldadito, soldadito, el de la gorra encarnada;
llévate a mi Delgadina y la encierras en una sala
y le das para comer carne de perro salada—.
Se pasan días y días, se pasan cuatro semanas.
Se pone la Delgadina de pechos en la ventana
y ve venir a su hermana, que venía de la plaza.
—Hermana, si eres mi hermana, dame un vasito de agua,
que el corazón tengo seco y la vida se me acaba.
—Quita de ahí, Delgadina. Quita de ahí, desgraciada,
porque si el papá nos ve a las dos nos fusilaba—.
Se pasan días y días, se pasan cuatro semanas.
Se pone la Delgadina de pechos en la ventana
y ve venir a su madre, que venía de la iglesia.
—Madre, si es usted mi madre, dame un vasito de agua,
que el corazón tengo seco y la vida se me acaba—.
Y la mujer, muy contenta, pa la sala caminaba
a su hija Delgadina a llevarle el vaso de agua.
Y al entrar por los portales Delgadina espiraba,
y en las cabezas tenía cuatro ángeles de guardia.
Y a su padre, por infame, el Demonio se lo llevaba.