La nochebuena, chiquilla,    

yo te he venido a cantar.

Doce coplas con agrado    

que todas te han de gustar.

La primera que te canto,    

que eres la flor de este lugar.

 

Una que llevo cantada    

y con esta ya van dos;

por Dios, te pido, chiquilla,    

que no olvides mi corazón.

 

Dos que te llevo cantadas    

y con esta ya van tres;

por Dios, te pido, chiquilla,    

que no olvides mi querer.

 

Tres que te llevo cantadas    

y con esta ya van cuatro;

bendito sean los lazos    

que llevas en los zapatos.

 

Cuatro que llevo cantadas    

y con esta ya van cinco;

por Dios, te pido, chiquilla,    

que no olvides mi cariño.

 

Cinco que llevo cantadas    

y con esta ya van seis;

por Dios, te pido otra vez,    

mi corazón no lo olvidéis.

 

Seis que llevo cantadas    

y con esta ya van siete;

bendito sean las flores    

que llevas en el roete.

 

Siete que llevo cantadas    

y con esta ya van ocho;

ablanda tu corazón,    

está más tierno que el bizcocho.

 

Ocho que llevo cantadas    

y con esta ya van nueve;

la blancura de tu cara,

envidia te la tiene la nieve.

 

Nueve que llevo cantadas    

y con esta ya van diez;

por Dios, te pido otra vez    

que no olvides mi querer.

 

Diez que te llevo cantadas    

y con esta ya van once;

ablanda tu corazón,    

que está más duro que el bronce.

 

Once que llevo cantadas    

y esta ya hace la docena.

¡Adiós, rosa, adiós lirio,    

adiós, ramo de azucena!