La reina Juana

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Notas

Al final de la canción, la informante repite las estrofas 4 y 5 como estribillo, con cambios en el cuarto verso de la cuarta estrofa: “que no lo despierte nadie”.

Se trata de una versión oralizada de la copla “La reina Juana” de Antonio Amaya.

Transcripción

Isabel tuvo la sangre poderosa     

y el buen sentir de su marido don Fernando;

la nobleza de una hija en Castilla

suplicaba noche y día los enamorados.

 

Burgos llora por su reina       

y Valladolid la aclama

porque dicen que la reina

de celos está medio muerta.

 

Y a los pies de don Felipe,

sin descanso noche y día

la nobleza de Castilla

suplicante le pedía.

 

Celos de la luz o el viento,

qué tormento, celos de la luz y el aire,

que Felipe, su marido, está dormido,

que no se lo diga nadie.

 

Reina Juana, ¿por qué lloras,

si es tu pena lo mejor?,

que no fue un mal cariño,     

que fue locura de amor.

 

Encerrada entre paderes en Castilla,

la locura de su esposo se desvane

y en la sombra de los negros corredores     

la Reina suspira y lloraba.