Buenas tardes a todos

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 3043c

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Notas

Este tipo de composiciones son recitadas por los quintos durante las fiestas de san Antón Abad celebradas en San Cebrián de Campos (Palencia). Los recitadores, ataviados con un traje tradicional, declaman montados en una mula.

En la quinta estrofa de la versión escrita el verso segundo termina en ‘antiguamente’, que rimaría con el cuarto ‘gente’, sin embargo, en la recitación escuchamos ‘antes’ perdiéndose la rima.

Bibliografía

Algunas de estas recitaciones de quintos de San Cebrián de Campos aparecen recogidas en: Weber-Antón, María Victoria (2017). Un siglo de poesía pinchorrera. Cuartetas de quintos (1912-2012). Palencia: Institución Tello Téllez de Meneses.

Transcripción

Buenas tardes a todos,

voy a quitarme el sombrero

para dedicarle al patrono

el saludo primero.

 

Como todos ya sabrán,

mi nombre es Víctor Lorenzo,

hermano de Adrián,

hijo de Maricarmen y Elio.

 

En la ciudad burgalesa

transcurren allí mis días

en formándome en obras públicas

para sacarme la ingeniería.

 

Hechas las presentaciones,

vamos a pasar al lío,

a contarles lo que en el 2011

ha sucedido.

 

Ahora quieren parir

como los de antes

y lo cuelgan en Internet

para que lo vea la gente.

 

Tanto pijo transformado,

tanto perroflauta,

pero matrona a domicilio

para cuando la criatura salga.

 

Diario de una familia

neorrural,

este es el título de la telenovela

rodada en San Cebrián.

 

Para el próximo alumbramiento,

dejaros de tanta innovación

y dad a luz en el hospital

por si tuvierais alguna complicación.

 

Y para todo emprendedor

que en el pueblo quiera trabajar,

monten una ortopedia,

trabajo no les va a faltar.

 

Es que si no es mi hermano, soy yo

y si no, alguno más,

pero en el pueblo alguien con muletas

nunca va a faltar.

 

La Peña Straga

mucho disgusto nos ha dado,

es que las queridas vecinas

los cojones nos han tocado.

 

Se han salido con la suya

y vergüenza las tenía que dar,

que las humedades que ya tenían

nos las hayan hecho pagar.

 

Con la disculpa de que la Peña,

de que la lona te metía humedad,

te arreglamos la tapia

y los jóvenes lo mismo te dan.

 

Eres la típica que cuando viene

cuatro días a San Cebrián

das guerra de salero,

pues quédate en tu ciudad.

 

Pero Cacho nos ha dejado

en fiestas su local,

aunque para ello hayas echado

a los Makivaris del lugar.

 

Y gracias a ti, Mari Paz,

porque así tuvimos Peña

y, ahora en los días de frío,

donde podernos resguardar.

 

Hablando de fiestas,

quiero criticar esto,

la escasez de actividades

en el programa de festejos.

 

Hay que renovarse,

no caer en la monotonía

para que las fiestas las pueda disfrutar

toda la ciudadanía.

 

Ya no hay esas orquestas,

aquellas carreras de galgos,

gymkhanas, juegos populares

y multitud de campeonatos.

 

Al venir el día, en el Ayuntamiento

se juntan mayores y pequeños,

al ver venir a lo lejos

la silueta esbelta de Camaleño.

 

Cogemos los cabezudos,

el carro y el altavoz

y Camaleño, incansable,

lidera el pelotón.

 

Muchas comisiones culturales,

mucha austeridad,

pero las fiestas para los jóvenes

dejan mucho que desear.

 

Por eso algunos jóvenes

ya no saben en qué dar

y ocupan el tiempo

en peleas con los demás.

 

Porque siempre con peleas

se acaba en San Cebrián,

que joden las fiestas al resto

que queremos disfrutar.

 

Ahora vamos a hablar

de nuestro querido Ayuntamiento,

que algunos no son concejales,

aunque estén tol día dentro.

 

Por otros cuatro años

el pueblo os ha elegido,

aunque en las elecciones generales

a otros han preferido.

 

Y yo os quiero preguntar

cómo lo vais a hacer

con los recortes que Rajoy

ya empieza a imponer.

 

Pues ni a la Junta ni a la Diputación

tenéis de vuestro lado,

¿o es que en las Cortes tenéis

algún amigo allegado?

 

El Ayuntamiento ha renovado

muchas cañerías

porque dicen que era vieja

esa cometida.

 

Las del campo fútbol

también las han cambiado

porque unos niños del pueblo

con una roca las han amolado.

 

Si por la noche paseas,

llévate la linterna,

pues las nuevas farolas del pueblo

no alumbran una mierda.

 

Y es que, con tanto ahorro,

tanta luz atenuada,

no te ves ni la pirula

al echar una meada.

 

Si vas camino de la ermita

a rezar la oración,

no te olvides de llevar

en el maletero un extintor.

 

Quien te iba a decir que el coche,

después de seis meses parado,

que le llevas a ver a la Virgen

y te vuelve calcinado.

 

Le tenías que haber encomendado

a nuestro señor cura,

que te le diera la bendición

y no la sepultura.

 

A propósito del cura,

no me quisiera olvidar

de las múltiples facetas

que tienes en San Cebrián.

 

Periodista de la radio,

auxiliar de biblioteca,

solo te falta, Raúl,

decir aquí a mi lado las cuartetas.

 

Y es que se oyen rumores

de que nos quieres abandonar,

¿acaso ya no te gustan

las cervezas en San Cebrián?

 

Pues el día que tú faltes

muchos te echaremos de menos,

las mujeres en la biblia

y nosotros en los campamentos.

 

Yo no he visto otro pueblo

ni cosa de tal manera,

que pongan unas leyes

y se las salten a la torera.

 

Y ya llevamos un año

en el que no se puede fumar

y aún no se han enterado

los dos dueños del bar.

 

Con la excusa del tabaco

dejasteis de vender lotería,

pero los bares siguen llenos

de humo las 24 horas del día.

 

Y este año se va abrir

un restaurante nuevo

que si le miras desde arriba

parece una docena de huevos.

 

Cualquiera verá a la Sagra,

entre casetilla y casetilla,

repartiendo sopas de ajo

con la ración de chuletillas.

 

Las parejas que acuden

a bailes de salón

preparan un guateque

para toda la población.

 

Mueves el esqueleto,

arrimas la cebolleta,

aunque algunos con esa tripa

ni rozan con la bragueta.

 

Se ha puesto de moda

para echar gasolina

venir a la báscula de San Cebrián

a recoger la propina.

 

Monedas de 20 céntimos

fue todo lo que te llevaste

y al pagar en Villoldo

te pudieron echar el guante.

 

Ahora nos ha dado

a todos por la cultura,

tenemos biblioteca nueva

que la dirigen Esther y el cura.

 

Las va a venir bien

a nuestras mamás,

que para conservar el trabajo

tienen que estudiar.

 

Es una nueva ley de la Junta

que acaba de sacar,

en la que dice que todo el mundo

se tiene que acreditar.

 

La Fundación San Cebrián

a todos ha revolucionado,

les hacen estudiar

si no quieren ir al paro.

 

A dos de mis amigos

les ha tocado pringar

por haber matado a un gato

con servicios a la comunidad.

 

Es que el denunciante

igual no ha caído,

que teniendo negocio en el pueblo

no hace falta armar tanto lío.

 

Pues es que las consecuencias

ya las has sufrido

y los claveles de los Quintos

a ti no te hemos cogido.

 

De las chicas de este pueblo

no me quiero yo olvidar,

de deciros cuatro cosas

y que no os parezca mal.

 

Chapa y pintura,

faldita y tacón,

¿dónde vais cada noche

a hacer la actuación?

 

Es que, hijas mías,

dejaros de tanto pintar,

¿no os dais cuenta, mocitas,

que estáis mejor al natural?

 

Y yo os digo nave y máquina,

furgonetas y Peugeot,

¿qué sitio preferís

para meteros un empujón?

 

Y ahora vamos a hablar

de política nacional,

Zapatero sale del gobierno

y Rajoy empieza a mandar.

 

Con la crisis que tenemos,

empezaron los recortes,

nos suben los impuestos

y otros chupan del bote.

 

Pues es que Urdangarin

el saco se ha llenado,

¿no tenía bastante

con lo de su suegro Juan Carlos?

 

Y es que nuestras infantas

eligieron mal marido,

para eso Doña Leticia

se ha llevado buen partido.

 

Sube el paro, señores,

hay crisis en la seguridad social,

los jubilados son los únicos

que saben que van a cobrar.

 

Aunque haya crisis, pinchorreros,

yo les voy a pedir

que la propina de los quintos

no dejemos de recibir.

 

Esta noche, vecinos,

en el local de ahí al lado

hay juerga y orquesta,

quedan todos invitados.

 

No quiero resultar pesado,

por eso ya me despido

pidiendo disculpas,

si a alguien he ofendido.

 

Adiós, san Antón bendito,

adiós, san Antón Abad,

el pequeño de la Lobilla

se despide de la vecindad.

 

¡Viva san Antón Abad!