Quitándome el sombrero

Audio

Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 3073c

Informantes

Notas

Santiago, amante de las tradiciones de San Cebrián, se encargó de recitar esta cuarteta a la edad de 63 años, en 1997, año en que no hay quintos que lo hagan. Pretendía así mantener la tradición.

Notas de María Victoria Weber-Antón:

Esta cuarteta y la de 1954 las recopilé en 2010 al dictado de Santiago. En el verano de 2018 y con el objetivo de publicarla en el CLO, la grabé en Palencia, donde actualmente reside Santiago.

Bibliografía

Versión publicada en Weber-Antón (2017: 238-240).

Transcripción

Quitándome el sombrero,

a san Antón voy a saludar,

agradeciendo a la quinta

que me deja colaborar.

 

En el año 54,

aquí me encontré

a saludar al santo bendito

y ahora vuelvo otra vez.

 

Mi corta juventud

en San Cebrián la viví;

con las chicas de este pueblo,

yo me divertí.

 

Después tuve que cumplir

el servicio militar:

en el desierto del Sahara,

lo tuve que pasar.

 

Pasado un año y medio,

volví a San Cebrián,

salí con una chica,

pero lo tuve que dejar.

 

En Becerril me he casado

con Vicenta mi mujer,

que es por lástima y envidia,

alguna no la puede ver.

 

Siendo del ayuntamiento,

agua y teléfono

conseguimos gratuito

para todo nuestro pueblo.

 

La acometida del agua

muy mal quedó,

no sabemos si por silicio

o por la corporación.

 

Conseguimos el colegio

con críticas de todo el pueblo

por habernos excedido

en darles tanto terreno.

 

¿Y ahora qué me dicen ustedes

que están sus hijos trabajando,

después de que el colegio

haya sido tan criticado?

 

Después de todo esto pasé

quince años de mi vida

dejando el sudor

en una cooperativa.

 

Más tarde a la azucarera

yo me puse a trabajar

y después de doce años

lo tuve que dejar por enfermedad.

 

Me han criticado mucho

porque estaba jubilado,

me han querido denunciar,

pero poco han adelantado.

 

Y dejo de hablar de mí

para empezar a hablar del alcalde

que no es mala persona,

pero promete en balde.

 

Las cometidas

todos las han cumplido,

yo quisiera saber si es culpa suya

o es culpa de los vecinos.

 

Me han aparecido buena idea

lo que hizo usted con el alumbrado,

pasarlo por hacienda

y así todos pagamos.

 

Y a usted, señor cura,

le voy a decir la verdad,

no se deje dominar

y se dé más a respetar.

 

Y con esta pequeña cuarteta

me despido, en general,

dando las gracias a la quinta

y a toda la vecindad.

 

Adiós, san Antón bendito;

adiós, san Antón Abad;

guárdame este caballo

que lo quiero de verdad.

 

Yo con esto me despido

del pueblo en general.

¡Viva san Antón Abad!