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Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante indica que era una copla que se cantaba en mayo para ofrecerle flores a la Virgen. Dice “cuyonda” en lugar de “coyunda”.
Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00021 13).
Transcripción
Cándida Virgen María,
de la creación señora,
consuelo del que te implora
y del extraviado guía.
Si del pueblo que en ti fía
tuyo es su corazón,
oye la tierna oración
que de la esperanza es hija,
y hoy con tu manto cobija
a la española nación.
Ella, ¡oh, madre!, te erigió,
del Ebro en la mansa orilla,
la más hermosa capilla
que el mundo entero admiró.
Allí a adorarte empezó,
y en sus páginas, la historia
grabó en secular memoria
que del pueblo español fue
la ardiente cristiana fe,
tu mayor timbre de gloria.
Por ti, Virgen soberana,
ante la cruz del Calvario,
en concilio extraordinario
rompiose la cruz arriana
y la enseña mahometana.
Que los campos de Castilla
dejaran en mancilla
de Covadonga en acento,
hecha trizas en el viento,
cayó entre fango y arcilla.
Tú con España en Lepanto
y de Tolosa, en las Navas
unciste a tu carro esclavas
las legiones del espanto.
Contigo, Fernando El Santo
a Sevilla conquistó;
Granada a ti se rindió
y no hay en España historia,
rasgo de honor y de gloria
que por ti no se trazó.
Pero ¡ay!, que un genio del mal
blandió su cuyonda impía
y quiso a la patria mía
uncir el yugo infernal.
Y si tu amor maternal,
que siempre fue a mi nación
áncora de salvación,
no la muestras hoy propicia,
¿quién la llevará en justicia
a la regeneración?
Sabios de España ascendistas,
políticos y letrados,
dramaturgos, federales,
guerreros, regionalistas,
venid también, socialistas,
y por vuestro ardiente celo
regenerad con anhelo prudente
a la noble España.
Sabed que tan grande hazaña
solo hará quien mire al cielo.
Allí encontraréis la llave
del problema a resolver,
y en clave ha de impeler
a puesto fijo la nave.
Si esto desdeñáis,
quién sabe lo que España guardará,
errabunda se hundirá
por su insondable abismo
y de muerte a su paroxismo,
su rigidez la impondrá.
¡Oh, Virgen, madre amorosa,
trono de sabiduría!,
tus consejos, luz y guía,
lean de mi patria hermosa.
Por ti fue grande y gloriosa
mientras en ti confió,
mas el favor olvidó
que la habrá su realeza
y hoy destruye la vileza
que de ingratitud le sirvió.
Y [¿?]
pide de nuevo tu amor
dándote en prenda esta flor
que el cariño hizo brozar.
Flor que el pacto ha de sellar
entre madre, hija y en pos,
aquella de esta las dos
celebremos la victoria
cantando un himno de gloria
a la majestad de Dios.