Oh, dulcísima Emperatriz

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Referencia catalográfica: 3128c

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Notas

Esta oración se reza en la novena dedicada a la Virgen del Prado, patrona de San Cebrián. La oración es bien conocida por todos los pinchorreros. La novena se sigue haciendo en la actualidad durante los nueve días anteriores a la festividad de la patrona (Domingo de Pascua de Pentecostés). Algunas fuentes de los archivos parroquiales dan fe de la existencia de esta devoción ya en el siglo XVII.

Bibliografía

Ntra. Sra. del Prado, San Cebrián de Campos. Regtro. Lib. 17, num. 1004.

Transcripción

¡Oh, dulcísima Emperatriz

de los cielos y de la tierra,

María Santísima del Prado!

Aquel Dios omnipotente,

que ha puesto en vuestras manos

todos los tesoros del cielo

y la distribución de sus gracias en la tierra,

ha querido que por vos nos dirijamos a él.

Así pues, confiando en vuestra bondad,

me acojo a vos, vida, dulzura y esperanza nuestra,

esperando conseguir por los méritos

 de Jesucristo, Señor nuestro,

y por vuestra poderosa intercesión

la salvación de mi alma.

Pobre soy y miserable.

Mil veces he renovado por el pecado

los tormentos de Jesús

y vuestros dolores.

Escuchad benigna mis súplicas

dirigidas a que alcancéis

paz y tranquilidad para la Iglesia santa,

tan tenazmente perseguida

por los enemigos de vuestro hijo.

Favoreced a su vicario en la tierra

y a todos los prelados de la Iglesia

para que la defienda con valor e intrepidez.

Que sea, madre mía,

objeto de vuestra predilección

este reino de España donde sois tan venerada,

haciendo que reine en sus dominios

una paz inalterable.

Por último, velad Señora

desde las mansiones del empíreo,

en que tenéis asentado vuestro trono,

por este pueblo que tan de veras os honra

y enaltece en esta vuestra santa imagen,

y haced que todos los que os amamos

y veneramos en la tierra alcancemos por vos,

después de una muerte preciosa a los ojos del Señor,

el galardón prometido

a los que le sirven en la eternidad,

Amén.