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Otras versiones de "Los campanilleros"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Asomarse, cristianos y veréis
de pedir limosna la madre de Dios.
Siendo madre del cielo y la tierra,
a tu puerta llega con grande dolor
a pedir por Dios, a pedir por Dios.
Socorrerla con lo que podáis
para comprar un manto que se le quemó.
Hoy es día de la Nochebuena
y mañana es Pascua de la Navidad
y en el mundo reina la alegría
que ha nacido un niño que en Belén está.
Los pastores son, los pastores son
los primeros que en la Nochebuena
fueron a cantarle su linda canción.
A tu puerta, zagala divina,
los campanilleros aguardando están
a que asomes tu rostro de cielo,
tus dos ojos alumbran en la oscuridad
y florecerán y florecerán
los claveles que abrirse no quieren
hasta que tus manos los vengan a cortar.
A tu puerta, zagala divina,
los campanilleros aguardando están,
a tu puerta están las campanillas,
ni te llaman ellas, ni te llamo yo
que te llama la boca de un ángel,
cuatro misioneros y un ruiseñor.
A la puerta de un rico avariento,
llegó Jesucristo, limosna pidió,
y en de vez de darle una limosna
los perros que había se los azuzó
y Dios consintió, y Dios consintió
que los perros al momento murieran,
y el rico avariento pobre se quedó.
Azucenas cortaba María,
se le arranca un toro y no pudo correr
y al decir: “Dios te salve María”,
el torito bravo se le echó a los pies.
Es María la caña del trigo,
san José la espiga y el niño la flor
y el Espíritu santo es el grano,
del que se le mantiene la generación.