Ay, qué lindo es estar enamorado

y tener un amor para cuidarlo,

y tenerlo por bien ganado,

y vivir solamente pa adorarlo. 

 

Si hasta las flores me parecen más bonitas,

y crecen coloreando mi parcela,

si hasta el sol brilla más cuando ve,

¡qué caray!, que mi potro va con rumbo a su jacal. 

 

El día en que me case, la prometo 

tenerla un cariño verdadero,

y entonces a mi chata no la cambio

por nada, aunque me den el rancho entero. 

 

Que digan lo que quieran mis amigos,

pues ellos del amor no saben nada, 

pero yo, ¡qué caray!, sembraré en mi trigal

para ella mi cariño y nada más.

 

Que digan lo que quieran mis amigos, 

si tratan que yo olvide a mi chatita,

pero yo, ¡qué caray!, con ella gozaré 

y en el rancho hasta la muerte viviré.