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Remitimos a este pliego suelto Pasillo del sordo y el arriero, accesible en el portal de la Fundación Joaquín Díaz (pl6583.pdf (funjdiaz.net)), impreso en Madrid en 1866.
Transcripción
[Arriero:] Gracias a Dios que he topao,
a la vera del camino,
con este hombre del campo.
Él no tiene buena traza,
pues parece un amolao;
pero por aquí no hay otro
que sea más avispao.
Voy a ver si por fortuna
con mi mulo se ha encontrao,
o si l’ha visto pasar
jacia arriba o jacia abajo:
[Sordo:] —Ya corra usted, buen amigo,
si somos… —Toítos los nabos
de la jarca que usted ve,
toítos se me han helao.
[Arriero:] —Amigo, no jablo de eso—.
¡Maldito lance que he echao!
Que es sordo, no hay remedio.
Vaya, que estoy aviao.
Sin saber lo que iba a hacer
ni lance tener plorao,
le preguntaré otra vez:
—¿Es usted de oído falto?
[Sordo:] —¡Jesús, María!
No me dé usted esos gritazos,
que no jabla con un sordo
ni soy de vida aporao.
[Arriero:] —¿Pues usted no me dirá,
por Dios o por tos los diablos,
si en el camino
a algún arriero ha encontrao,
algún arriero en un mulo,
que se me perdió allá abajo,
con la jaquima nueva
y el arbaldón remendao?
[Sordo:] —No se olvidará de usted.
Engracia es mi mujer.
Es muerto mi viejo Sancho—
y es que habían sembrao…
Ese hombre de buen porrazo…,
lo que de bueno ha cabío—.
Esto no pudo venir al caso;
pero, ya que nos conocemos,
es bien todo de aventurao
de toa mi parentela,
aunque creo la habrá gustao,
que, aunque probe, es buen nacía
por tos los cuatro costaos.
[Arriero:] —¿Quién es ese tío en Babia?
Este hombre m’ha contao
toa su parentela,
sin habérsela preguntao.
Pero no es tal casadero,
porque mi mayor cuidao
es saber dónde está el munlo,
que no es preciso buscarlo.
—¿Pero usted no me dirá
si en el camino ha encontrao
algún pasajero en un mulo,
que se me perdió allá abajo,
con una jaquima nueva
y el arbaldón remendao?
[Sordo:] —Grande sería el nublao.
Grande sería el relámpago.
¿Cuántos cayeron, amigo,
cuántos cayendo abajo?
[Arriero:] —Más vale que cayeran
las cuentas de tu espinazo,
sordo de los mil demonios.
¡Que no es eso lo que jablo!
Yo pregunto por un mulo.
Por un mulo he preguntao.
Que si usted lo ha visto…
[Sordo:] —Ese jamelgo sin dúas,
que sirven a una mil años,
por cascarle cuatro coces,
son muy mal intencionaos.
[Arriero:] — Este mulo se perdió,
y yo lo vengo buscando.
¿Que si usted lo ha visto vivo
y si por aquí ha pasado?
[Sordo:] —¡Ah! ¿Se perdió? Buscarle.
Y si no le encontráis,
es señal que no lo jayáis.
Comprar otro y ¡santas pascuas!
—Solo ese [¿revolve?] jayó.
[Arriero:] Eso ya lo sabía yo.
—Pues no se ponga pesao,
que el que jabla con un sordo
tiene que ser descargao.